Hoy la patria siente la ausencia de sus hijos e hijas que marcharon hace mucho tiempo a revolucionar el universo, no sabemos si lo han conseguido, pero se escuchan truenos de rebeldía en todo el planeta.
Con el cariño de hermano, amigos y patriotas, y con el inmenso orgullo de haber crecido juntos en la tarea de construir una patria nueva, reconocemos el ejemplo vivo de dignidad, de compromiso, de sacrificio, de fortaleza, de honradez, y hoy queremos recordarte en las luchas presentes de los pueblos que siguen construyendo un futuro de justicia, democracia y felicidad.
Hasta siempre hilvanador de sueños, de esperanzas, de convicciones inquebrantables, de la cadena de afectos; no te imaginas la falta que haces en esta dimensión, esto sigue jodido.
El 10 de Agosto de 1982 al final de la mañana, en la Avenida de las Américas de la ciudad de Cali, a pocas calles de la estación primera de la Policía Nacional en donde había pasado la noche, después de una detención ilegal hecha en nombre del grupo para-militar M.A.S. y negada por la institución, Camilo caminaba del brazo de su madre, comentando los interrogatorios y las amenazas de los oficiales que lo interrogaron, en ese momento el ruido seco de un disparo hecho con un arma dotada de silenciador, acallo su voz.
El sicario del B2 (inteligencia militar) o quizás del F2 (policía secreta), se acercó discretamente por la espalda, sin mediar palabra y a quemarropa disparó su arma varias veces, Camilo se dobló lentamente hacia adelante, comprendiendo demasiado tarde lo que sucedía, perdiendo la conciencia antes de caer. La madre de Camilo, trata de entender lo que sucede, cruza la mirada amenazante del asesino, agente oficial de la muerte, el cual dispara dos veces más y emprende la retirada protegido por otros oficiales cómplices del asesinato, voltea la esquina desapareciendo impunemente.
El cuerpo agonizante de Camilo, en la primavera de sus 24 años, fue conducido por los bomberos al hospital Universitario del Valle donde falleció poco tiempo después de haber llegado.
Dos años antes, el 22 de febrero de 1980, Camilo había sido detenido en Cali, junto con tres compañeros mas, entre ellos Jorge Marcos Zambrano, quien fue asesinado durante los interrogatorios y torturas a las cuales fueron sometidos los militantes del M-19 en las dependencias de la tercera brigada del ejército en el batallón Pichincha de Cali. Camilo fue juzgado y condenado por el delito de rebelión a quince años de prisión, condena que fue anulada por fallas jurídicas y remplazada por otra de cuarenta y ocho meses. Sirvió más tarde como testigo acusador en el juicio realizado a dos oficiales del ejército por el asesinato de Jorge Marcos Zambrano. Los oficiales fueron absueltos. Durante su estadía en la cárcel de “Villanueva” (hoy “Vista Hermosa”), “Eloy” mantuvo su militancia política y liderazgo a través de una relación constante con las organizaciones populares y un enlace permanente con las redes urbanas del M-19.
En prisión se entera de la muerte en combate en las selvas del Choco de su hermana Martha Gisela Restrepo de 19 años, combatiente del M-19. Su cadáver nunca fue entregado por el ejército y se conoció después que había sido sepultada en una fosa común con doce compañeros más en la población de Piedra Honda, Departamento del Chocó.
Camilo, desde los inicios de la conformación del M-19 en Cali, había participado en múltiples operativos de guerrilla urbana, conferencias regionales, tareas de inteligencia y organización de comandos de base. Después de una primera detención, pasa a la clandestinidad y viaja a Medellín donde bajo su dirección se desarrolla el Regional de Antioquia del M-19, hasta la llegada de Rosemberg Pabón con quien tuvo profundas diferencias. Viéndose obligado a regresar a Cali.
Transcurridos dos años Camilo obtuvo libertad condicional y sin que pasara un mes fue detenido de nuevo sin orden legal y con intención de desaparecerlo, lo cual se frustro por la acción rápida de familiares y amigos. Cuando se logró su libertad, 48 horas después, a escasas tres cuadras de la estación de policía en donde estaba detenido, fue asesinado a mansalva.
En los días siguientes fueron asesinados en circunstancias similares más de una decena de ex-presos políticos.
Compañero “Eloy” ¡Siempre Presente¡