En las circunstancias dolorosas que hoy vive el M-19 ante la muerte del comandante Bateman, el mando lo asume Iván Marino Ospina —Felipe---, miembro fundador y compañero de probadas cualidades morales, políticas y militares.
En momentos cuando la oligarquía cierra filas alrededor de los sectores militaristas y las promesas oficiales de pacificación y apertura aparecen desvanecerse, la declaración conjunta de las FARC y el M-19, abre nuevas esperanzas de avance a las fuerzas democráticas.
Tarde o temprano el movimiento guerrillero se va a unir... es un problema de tiempo. Si somos capaces de crear la dinámica para que esto se produzca, se demostrará que el único camino es la unidad guerrillera y revolucionaria.
La unidad no se da en discusiones sino a partir de una dinámica de lucha. Estratégica porque todos queremos hacer una revolución democrática, popular y nacionalista, con distintos matices; táctica porque vemos que es posible presentar al gobierno una propuesta única del movimiento guerrillero: cese del fuego y diálogo directo.
La negativa del gobierno de pactar una tregua con el movimiento guerrillero, la acción impune del ejército y el respaldo oligárquico al proyecto militarista, no dan lugar a dudas sobre los obstáculos que se imponen al logro de la paz.
Hay que tumbar el tronco, y las ramas también: hasta que no tumbemos el tronco, o sea el ejército oligárquico, lo demás no se cae ... para poder derrotar al ejército oligárquico, hay que tener un ejército popular. Y éste sólo se crea en el combate.
La negativa del gobierno de pactar una tregua con el movimiento guerrillero, la acción impune del ejército y el respaldo oligárquico al proyecto militarista, no dan lugar a dudas sobre los obstáculos que se imponen al logro de la paz.
«Encuentro muy difícil que las autoridades militares en el futuro puedan hacer el juzgamiento de las personas implicadas con el MAS porque como todo el mundo sabe y nadie se exceptúa, todos los militares, de todas las graduaciones, desde el soldado hasta el general, se solidarizaron con los sindicados y comprometieron un día de sueldo para contribuir a su defensa"
La tregua que plantea el movimiento guerrillero no significa tan sólo cese al fuego en las zonas de conflicto sino un alto a la violencia institucional. Así lo entiende el pueblo cuyas demandas y combatividad expresan el anhelo de la paz.