Propongo convocar seriamente a la verdad, la memoria, la historia y los recuerdos para encontrar la realidad, en este espinoso camino que hoy nos obliga la historia; y si queremos tener buenos caminos hoy, es necesario dar una mirada crítica en ese mandato de la vida: no repetirla, y para lograr este reto generacional es necesario conocer las relaciones íntimas que mueven los sentimientos de la sociedad en asuntos como los convocados (la verdad, la memoria, la historia, los recuerdos y la realidad), puesto que allí radica el reconocimiento de esa historia, la cual seguramente por ignorancia de algunos y otros por sus intereses manipuladores, promueven el desconocimiento de los primeros y para esconder y seguir por los mismos linderos tristes de nuestros caminos de violencias y confortaciones intestinas.
Veamos entonces que podemos indagar sobre asuntos como estos: ¿qué verdad se está calificando hoy al hecho de la toma y retoma del Palacio de Justicia?, ¿Qué tratamiento le están dando a este hecho de la toma y retoma del Palacio de Justicia en relación con la memoria?, ¿Cuánto se ha distorsionado la realidad según el manejo y aprovechamiento que las partes le dan sobre todo desde el campo comunicacional?, ¿Qué tratamiento le están dando en relación con la historia?,¿Cómo convocar y traer los recuerdos y la memoria, y de quienes y cuantos, para que nos ayuden a no dilapidarnos en el equívoco que se ha generado?
Se trata de conocer la historia de la forma más cercana y cierta posible con su realidad, justamente para no repetir los mismos caminos erráticos por los que hemos transitado, muchas veces por ignorancia o por obligación impuesta.
El hecho de la toma y retoma del Palacio de Justicia puede ayudarnos a entender con mayor responsabilidad y nitidez los encargos de cada sector de la sociedad desde su rol y en el cómo ha participado del conocimiento o desconocimiento en el tema, por ser este un asunto importante de la historia viva y cercana de nuestro dolor patrio, y luego ver cómo se traduce esta experiencia en motivo y enseñanza para el tratamiento a los conflictos que sufrimos hoy; en este tema tan doloroso, no creo que haya verdad absoluta, sobre todo porque cada mirada, cada sentimiento, cada interés, cada sector involucrado, cada familiar, cada pariente… tiene su capacidad y posibilidad de ver lo que vio, de entender lo que sabe, de aceptar lo que siente, de discernir sobre lo que cree, de criticar lo que le presentan, y entonces, es el Estado el que debe asumir lo suyo en cuanto a responsabilidades como tal, igualmente los actores del conflicto, desde la guerrilla y la sociedad por igual, esta desde sus diferentes expresiones que le son tan suyas, tanto en lo propositivo como en los hechos traumáticos del conflicto, y asumirse como actor participe en este compromiso de ser constructora de los cambios, uno de estos, el más importante tal vez, es cambiar la guerra por la paz.
(hipólito)