Un gobierno nacionalista y Bolivariano que rescate para el país con dignidad el puesto que le corresponde a Colombia, cómo nación libre y soberana.
Así, ante un gobierno que no cumplió, el destino de la Paz está definitivamente en manos de las mayorías del país
..el cese de los enfrentamientos armados entre las fuerzas institucionales del Estado y los movimientos populares alzados en armas, es requisito para estudiar y sentar las bases de las reformas de carácter politico, económico y social que necesita el país y anhela el pueblo colombiano
El M-19 es hoy la voluntad política de cambio, y con las mayorías hemos recorrido una experiencia cuyo resultado es un alto salto hacia el futuro
Habíamos definido la participación popular, la participación de las mayorías para que en el ejercicio de la concertación y el pluralismo encontrar los objetivos de la Paz, la justicia social, las soluciones.
En síntesis, el acuerdo de la esperanza elevaba al pueblo a la condición de conductor de su propio destino y a la democracia en armas como nomenclatura o expresión política de las nuevas fuerzas sociales.
El cinismo de la traición no tiene límites. Podrá argumentar Betancur que él no sabía que los acuerdos de tregua son bilaterales, qué él como comandante del ejército se comprometió a ordenar la suspensión de las acciones de persecución y represión contra nuestras organizaciones y sus integrantes durante la vigencia de los acuerdos?
Pero resulta claro que para el gobierno no existiese el compromiso de la tregua porque simplemente cambio los objetivos con los que se comprometió en el acuerdo.
Un gobierno de Paz no puede poner los recursos de la nación en función de los intereses de la banca internacional a costa del sacrificio y la imposición de altos costes sociales para el pueblo colombiano.
Reformas sociales, reformas económicas, justicia social, estos anhelos de la patria hoy son una caricatura, un insulto en los hechos del actual gobierno, en la ejecutoria gubernamental.
De verdad Presidente, que el hombre que dice “que sus hermanos se murieron de hambre”, y hace eso, merece la ira y desprecio de todos los colombianos que hacen del hambre “el pan nuestro de cada día”
No estamos ante la falsa disyuntiva de gobiernos civiles o gobiernos militares, estamos ante una tarea más creadora e imaginativa.
Los colombianos que heredamos, la hidalguía Bolivariana sentimos vergüenza cuando el Presidente de la República, fue el Pilatos de contadora, y a principios de abril, en Wasington además de hipotecar nuestra soberanía, sirvió de mensajero de los mandatos de Reagan y el imperio
El destino de la Patria Grande está en los pueblos, en las fuerzas sociales que empujan el mañana en los gobiernos de democracia.
Los 75 mil millones de pesos de las últimas compras de armamentos, coinciden en los números con los 72 mil millones de pesos, que según el senador William Jaramillo fueron recortados a los programas sociales.
Hoy sobre ese hombre con rango de Ministro de Defensa pesa una sentencia judicial, proferida por el máximo Tribunal Contencioso Administrativo, en el cual se señala al General Vega Uribe como responsable de torturas y violación a la Ley por acción u omisión en el desempeño de sus funciones como comandante de la Brigada de Institutos Militares.