Ernesto Sendoya Guzmán
15/10/1951 04/09/2019
¡Siempre Presente!
Nuestro amigo, compañero y hermano, Ernesto Sendoya Guzmán se ha ido por caminos insondables y desconocidos para nosotros.
Seguirá viviendo en la memoria y en el corazón de quienes tuvimos la suerte de conocerlo y quererlo: familia, amigos, compañeros.
Ernesto también hace parte de la Historia de un país que sigue sin rumbo buscando su destino.
Es uno de los precursores de la cadena de los afectos, soñador infatigable, eterno enamorado de la vida.
En los años setenta se armó con amor y valentía para luchar por un mundo mejor. Los sabuesos oficiales lo atraparon y lo torturaron salvajemente, sin lograr doblegar su silencio.
Pasó largo tiempo en prisión y el resto de su vida por fuera del país. Estudió y trabajó con tenacidad, convirtiéndose en un pionero virtuoso de las nuevas tecnologías.
En el cambio de siglo, uno de esos males incurables y arrolladores, se anunció y le fijó un plazo para despedirse.
Viajó por mil lugares, mientras pudo, para abrazar a sus afectos.
Consciente de que "la vida no es fácil" como él decía, batalló estoicamente contra la enfermedad durante muchos años, desmintiendo los pronósticos e incumpliendo irreverentemente los plazos impuestos.
Al final, inerte pero lucido, quedó atrapado e incomunicado en su cuerpo y solo él supo los pensamientos que su mente elaboraba.
Una santa mujer lo acompañó, lo cuidó, lo amó y sin duda ha padecido su dolor y sufrido la impotencia de lo ineluctable. Ernestico, como ella le llamaba, fue su devoción durante este calvario. Un gran reconocimiento para Inés.
La parca vino a buscarlo de manera perentoria este 4 de septiembre del 2019. Liberado de su cuerpo inmóvil, "el pintoso" como solíamos decirle por lo atractivo y amoroso, vive en cada uno de nosotros.
Amigo entrañable de siempre, hoy nos deja esperando nuestro turno.
Un abrazo solidario para la familia.
Una salva y una bandera libertaria para decirte:
¡Hasta Siempre amigo compañero, hermano!
R.R.V
OH