Fernando Erazo Murcia "Salvador"
16/11/1955 - 16/04/1988
¡Siempre Presente!
Mi hermano Fernando fue el tercero de mi amada y numerosa familia. Conocido en el M-19 como "Salvador".
Tenía 33 años de edad cuando al anochecer del sábado 16 de abril de 1988 en la Carrera 39 con Calle 19 de la ciudad de Bogotá fue detenido junto a su compañera y madre de sus tres hijos, Bertha Lucia Martínez y nuestro compañero Benjamín Muñoz conocido como "Joaquín".
Por intercepciones realizadas por un radioaficionado a las comunicaciones internas del ejercito, durante esos aciagos días, supimos que fueron detenidos por militares de la Brigada de Inteligencia, llamada Brigada 20 y por la Brigada 13, ubicadas en Bogotá. Fueron sometidos a intensos y despiadados interrogatorios, torturas y finalmente desaparecidos.
Fernando se vinculó al M-19 cuando estudiaba medicina en la Universidad Nacional. Fue uno de los pocos sobrevivientes de la columna guerrillera comandada por Elmer Marín que desembarco en la costa del Choco, pues la mayoría de los combatientes murieron en los enfrentamientos con el ejercito nacional, otros fueron fusilados y algunos murieron de hambre.
Su nombre y el de sus compañeros Jairo Rubio, llamado Henry y Héctor Gonzales conocido como el Rolo o Javier fueron de conocimiento publico con la publicación de el libro El Karina de el escritor y periodista German Castro Caicedo, que narra al detalle el desarrollo de la compleja operación militar del ingreso al país de mil fusiles y su munición mediante la utilización de un avión y de un barco, El Karina.
El Karina fue interceptado en alta mar por un acorazado de la Armada Nacional y después de varias horas de un intenso, feroz y desigual combate los compañeros liderados por Fernando lo hundieron con todo su cargamento.
Los compañeros que lo conocieron de cerca durante esos años intensos lo recuerdan por su sonrisa contagiosa que lo acompaño siempre aun en los momentos mas difíciles, se sentía y se comportaba como un hombre libre en el ambiente rígido de la clandestinidad y eso lo hacia alegre, tranquilo, optimista. Tenia una actitud muy definida, muy seguro de si mismo, con don de mando.
Amaba mucho a su compañera Bertha y a sus pequeños hijos y ella quien lo amaba mucho también asumió el inmenso riesgo de acompañarlo en este ultimo periodo de su vida, logrando con ello brindarle la seguridad y la protección física y espiritual tan necesarias en las riesgosas actividades del líder guerrillero urbano.
Valiente, audaz, sagaz, generoso, solidario, carismático, caballero, transparente e ingenuo. Esta ultima virtud o defecto fue la que lo llevo a cumplir su ultima cita clandestina, trampa mortal de la que no pudo escapar airoso como en otras ocasiones, perdiéndose su rastro, el de Bertha y el de Benjamín en aquella siniestra noche de abril.
Carlos Erazo Murcia