Algo muy embarazoso, otra vez, está pasando en el Cauca
Me hubiera gustado tener una cámara de estas de ahora o un celular con video y poder de envío inmediato como ahora es fácil de hacer, hablo de los tiempos del final de siglo paspado, exactamente en el año 89 cuando por los mismos caminos del hoy territorio Nasa, asaltado por fuerzas agresivas y matonas, de las que siempre han existido allí desde hace mas de 500 años haciendo sus estragos; me hubiese gustado, decía, tener una cámara de fácil e inmediato uso para haber mostrado el proceso de consulta, discusión y solicitud respetuosa de permiso que hizo el M 19 a los delegados de los Cabildos hoy amenazados y golpeados por el azote de la guerra, permiso y consulta para poder usar sus territorios en procura de buscar la tan anhelada y escurridiza paz.
Pues bien, fue justamente en un Cabildo de esta bella tierra Nasa, indígena, Páez, caucana y campesina colombiana donde se hizo lo correcto, en la reunión celebrada en el mes de febrero del año 89 en el Cabildo de Tacueyó con los Gobernadores de Cabildos del Norte del Cauca, los delegados de M 19 presentaron la solicitud de permiso para que el gobierno nacional y el M 19, bajo la mirada participativa de la sociedad colombiana, realizaran un esfuerzo más por la paz de Colombia, entonces se procedió a hacer los encuentros de diálogo y acuerdos en Santo Domingo Cauca que llevó a la desmovilización de la fuerza militar insurgente y por parte del Gobierno Nacional a convocar a todas las fuerzas vivas de la Nación a la construcción de la ‘democracia plena’.
Y si esas deliberaciones en libertad y armonía en el respeto que el M 19 profesaba por la cultura ancestral, por sus autoridades, si esas reuniones y decisiones se hubiesen publicado al tiempo que sucedían, como es posible hacerlo ahora, muchos esfuerzos, muchas vidas, muchos dolores se hubiesen evitado, por ejemplo, este de tratar de desconocer los procesos exitosos de la negociación y el dialogo en lugar de los tiros, ese del acuerdo en lugar de la guerra, el que lleva a preguntarse, ¿por qué tanto esfuerzo en desconocer y mermar los procesos de paz exitosos del 90?, y digo exitosos no por la paz definitiva no alcanzada, pero si exitosos en la búsqueda y construcción de caminos que nos lleven a ella; ¿Por qué esconden e irrespetan esos esfuerzos?
Vale la pena llamar a los protagonistas y a los hijos de esos procesos, que como representantes del gobierno, de los partidos, los gremios, la iglesia y todos los estamentos del país y de las fuerzas insurgentes hicieron parte de esa cosecha y atrevimiento por juntar las voluntades y las diferencias, y en particular a los representantes del partido liberal de quienes era la responsabilidad de ese gobierno, a responder ¿por qué no defienden esos logros y avances de Estado?, ¿por qué han dejado que los guerreristas, de todos los pelambres y colores y sabores y ambiciones y ruidos e intereses, sigan invadiendo y apoderándose de la guerra negando la posibilidad de ‘volver pescar de noche’, y con sus intereses mantener la confrontación como el escenario propicio para sus grandes negocios y ganancias, tanto de dinero como de usurpación de tierras y riquezas.
¿Dónde estamos los representantes de esos esfuerzos y logros de los años 89 y 90?
Hipólito b.
Julio 20 de 2012