Por: Caballero Mantilla.
Chávez, la esperanza nunca fenece: murió como los grandes mortales, siendo ya en vida un inmortal.
“Por estas tierras galopó Bolívar y gritó: ¡libertad!..
Por esta época pasó Chávez; y suspiró el grito de aquél transformándolo en realidad”…
El presidente Hugo Chávez falleció en coherencia de amplitud para con su portentoso y admirable constructo de vida. Como el mismo lo decía “Patria, socialismo o muerte”. Se marchó llevándose las necesidades más ínfimas del pueblo Venezolano, potencializo la constitución del socialismo del siglo XXI y murió porque se determinó para sí, pues la muerte lo arropo, lo quería vital, heroico, absoluto, jamás enfermo al mando presidencial.
Ahora, no miremos con reojo el pasado, aquello que no fue y que dejó de ser. Veamos el presente y el futuro, la sólida herencia que recibimos de Chávez.
Chávez dejo un pueblo animado moralmente por la idea social de asumir conciencia de clase frente a la realidad económica mundial.
Un país apropiado de ese modelo, unos dirigentes convergidos en sostener esa idea: Maduro y Diosdado Sin envidias, sin frenesís por posesionarse en el poder. Aceptando cada uno el rol político designado.
Un estado soberano, que va más allá de ser un ente administrativo y gubernamental desde intereses particularistas: convirtiéndose en un Estado benefactor, interventor y controlador de todas las políticas públicas como ningún otro. Ideario político admirable frente a los sistemas de expoliación económica mundial y criticable procedimiento para el marco del salvaje y ultrajante capitalismo de nuestro tiempo. El cual lo consideraba en su quehacer avasallante, obstáculo ímprobo del sistema global.
No obstante, la gran herencia de Chávez desde el control total del Estado, fue nunca haber manipulado una elección. Siempre le dio la posibilidad al pueblo Venezolano la garantía de salir a votar a partir de la conciencia individual de cada elector. Los últimos triunfos del oficialismo así lo demostraron. La oposición perdió porque su voluntad abstencionista, contemplativa, de arraigamiento burgués, fue más poderosa que la gana de votar en contra del Chavizmo.
Chávez dejó, una oposición política desmantelada y un pueblo entendido por honrrar la dimensión social de la equidad y la justeza económica desde la perspectiva Democrática.
Chávez pasará a ser parte de la repisa histórica de los inmortales, porque hizo en vida lo imposible; construir un Estado sincronizado con los requerimientos del pueblo en virtud de privilegiar los valores Democráticos. Y quien propende por lo imposible, la humanidad lo acoge bajo un recuerdo de dignidad, memorable, invencible.……