Ciudadanía indignada
Por Josè Yamel Riaño
Viernes 29 de junio de 2012
El rumbo democrático que están tomando los acontecimientos políticos en nuestro país, como la irrupción ciudadana en favor del Voto en Blanco en la elección popular de gobernador para nuestro departamento, o la indignación de la opinión pública contra los congresistas que votaron positivamente la conciliación de la Reforma a la Justicia, nos están diciendo; “Que hay luz final del túnel”.
Y no es determinismo filosófico, son las enseñanzas de nuestros viejos cuando nos decían “tanto da el cántaro al agua hasta que por fin se rompe”´ o esta otra; “No, hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. A mi manera de ver, es eso lo que nos esta pasando; Son tantos los abusos que nos aquejan, que se siente el grito ensordecedor del; “BASTA YA”. O, simplemente: ¡No aguantamos más! O, ¡Vállense pal`carajo y no nos jodan mas! O, ¡No más de lo mismo! O, ¡No mas y Punto! O, a veces; ¡Politiqueros de Mier...!
Debemos reconocer que buena parte del fenómeno se debe: Primero; al papel comunicacional que hoy juegan las redes sociales. Segundo; Error de cálculo. Los que se creen dueños de los entes territoriales se desenmascararon solos, creyeron que toda la gente sigue siendo manipulable y, Tercero; que el país ya no es el mismo y existe un acumulado de conocimientos y de luchas populares que se expresan en lo que hemos llamado “Opinión Pública” que, como se acaba de demostrar son poder de verdad, verdad. Hicieron archivar la reforma en cosa de horas y cambiaron la opinión favorable del gobierno de Santos, dejando por el suelo a los congresistas. Aunque este capítulo no se ha cerrado, los hechos ocurridos hasta hoy ya son portentoso triunfo de la democracia.
De otra parte, las encuestas hablan de un triunfo del voto en blanco en la elección atípica de gobernador en el Valle del Cauca el próximo domingo 1º de Julio, que obligaría a repetir la elección anotándose, de paso, un gran triunfo la iniciativa del grupo significativo de ciudadanos que votaron en blanco.
Pero aún, en el supuesto que no ganara el voto en blanco, el elevado número de sufragantes por esa opción, indicaría con toda claridad, que la opinión pública hoy responde a la filosofía de la dignidad, que exige respeto y que se impone frente a los intentos de manipulación por parte de la politiquería.
Sin embargo, todavía no podríamos cantar victoria. La democracia exige el combate permanente por nuevas y mejores conquistas. Esto implica movilización ciudadana, organización social y política, confrontación pacífica y pequeños pero consecutivos triunfos para nuevos retos y nuevas luchas.
Afortunadamente, esto hoy es posible. Así nos lo demuestra nuestro mismo pueblo. ¿O qué otra cosa son los resultados de muerte a la Reforma de la Justicia y los resultados electorales en nuestro departamento, para no señalar las conquistas del movimiento estudiantil del año pasado y tampoco traer a recordación el formidable movimiento social de Europa, África y Norte América que se han denominado los “Indignados”?.
Es importante tener en cuenta el poder ciudadano. Hoy los progresistas de todo el mundo han encontrado sinergia entre estudiantes y trabajadores. Entre estudiantes y pequeños y medianos productores con gentes independientes, solo que mayoritariamente, se expresan a favor de la acción de multitudes antes que a la participación en estructuras rígidas que mas parecen feudos de nuevo tipo que organizaciones políticas.
De ahí que la democracia exija principios y valores incluyentes, Como no marcha sola, necesita de una institucionalidad funcional, de un Estado fuerte capaz de hacer cumplir los derechos de los ciudadanos cuando estos son amenazados o vulnerados, que a su vez le implica, al movimiento político alternativo, trabajar no solo para conquistar derechos ciudadanos que el Estado debe cumplir, sino que es necesario ejercitar la gobernanza a todo nivel y, en lo posible, no para hacer oposición, sino para hacer cumplir la ley, gobernando.
Aquí tenemos que ser muy serios y responsables, recordar que el pueblo es superior a sus dirigentes, no creernos el “ombligo del mundo” ni los poseedores de la verdad. Contemos con que tenemos buenas razones para continuar como pueblo participando y si podemos liderar procesos; hagámoslo.