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Comunicado de las Editoriales Independientes Colombianas contra el favorecimiento estatal a los grandes monopolios del mercado del libro
La Red de Editoriales Independientes Colombianas, presenta su rechazo a las recientes decisiones de compra de libros por parte del Estado colombiano mediante el denominado Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas (PNLB), de acuerdo con los listados elaborados por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, en los cuales la industria editorial colombiana y en particular la industria editorial independiente, resulta vergonzosamente maltratada, en contradicción con los lineamientos originales del Plan Nacional de Lectura y Bibliotecas consignado en el documento CONPES 3222 del Departamento Nacional de Planeación, el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Educación Nacional (versión aprobada en Bogotá, D. C., el día 21 de abril de 2003). El mencionado documento establece que, entre otras disposiciones:
“[…] Esta política [la nacional de lectura y bibliotecas] busca hacer de Colombia un país de lectores y mejorar sustancialmente el acceso equitativo de los colombianos a la información y al conocimiento mediante el fortalecimiento de las bibliotecas públicas, la promoción y el fomento de la lectura, la ampliación de los sistemas de producción y circulación de libros […]”.
En cuanto al fortalecimiento de la industria editorial y la circulación del libro, consigna que:
“[el] PNLB busca diseñar y poner en marcha, conjuntamente con otros organismos públicos, asociaciones civiles y empresas del sector privado, programas y estrategias para incrementar la producción y circulación de los libros y demás material bibliográfico en Colombia. De esta manera, se busca contribuir al cumplimiento de los objetivos de la Ley 98 de 1993, la cual dicta normas sobre democratización y fomento del libro en Colombia, y superar las limitaciones de acceso que presenta el mercado editorial, especialmente para las poblaciones más vulnerables y más alejadas del centro del país”.
El citado documento, en otro de sus apartes, señala:
“[…] Una de las estrategias a ser adoptadas está dirigida a fomentar la producción de colecciones bibliográficas de circulación masiva y bajo precio, para lo cual se incentivará la activa participación del sector editorial, como actor fundamental en el proceso de ampliación de la oferta editorial nacional”.
No obstante estos preceptos, la comunicación dirigida por el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo (FONADE), a los proveedores del PNLB el día 22 de agosto de 2012 (Convenio 212002, año 2012), establece compras de libros, así:
• De los $1.469.441.400 (el total de la disponibilidad para compra), el 83% de estos recursos (es decir, $1.219.409.400,oo) los destina a diez proveedores en un listado de veinte, en donde las empresas que se llevan la “tajada” más grande son ocho editoriales extranjeras. Solamente hay dos editoriales colombianas en este grupo.
• Entre el destino de la compra restante por $252.291.590 aunque aparecen algunas editoriales colombianas, son nueve las que arrasan con el 50% de los recursos, dejando así solo un 2,43% para cinco de las editoriales pertenecientes a la Red de Editoriales Independientes Colombianas. Y debemos señalar que, de no ser porque a una de ellas se le hizo una compra “significativa”, las otras cuatro únicamente sumarían una participación de 0,03%. También debemos resaltar que a las editoriales de la REIC solo se les hizo solicitud para dos o tres títulos en una ínfima cantidad de tres ejemplares por cada uno, mientras que a las editoriales del primer grupo se les solicitaron 760 ejemplares por título.
De acuerdo con lo expresado, las editoriales Independientes Colombianas, MANIFESTAMOS que:
• Las editoriales integrantes de la REIC a las cuales se les incluyó dentro del pedido, han decidido cumplir con la entrega al PNLB de los ejemplares solicitados. No obstante, la REIC considera que dicho interés de compra constituye una limosna no solicitada, y que los pocos títulos elegidos no reflejan ni en mínima parte la diversidad de nuestra producción editorial independiente.
• Esta situación es contraria a los derechos legítimos de los editores colombianos, y constituye una oportunidad para expresar nuestra protesta y exigir que dentro de las disposiciones de la Ley del Libro se establezca una protección a la industria editorial independiente colombiana.
• Las bases de datos que sustentan la selección de compras estatales en las bibliotecas públicas en todos los niveles deben alimentarse y actualizarse regularmente con la totalidad de los catálogos de las editoriales independientes colombianas.
• Esperamos que otras entidades gubernamentales, como las secretarías de Cultura de las ciudades y los municipios, no obren como en la práctica lo hacen las instituciones encargadas del PNLB, y en verdad actúen con criterios que respalden los planes de lectura y desarrollo de la edición independiente colombiana y todos sus eslabones.
• Debe ser designada una veeduría ciudadana, activa y decisoria, compuesta por integrantes del sector del libro y la lectura (no solo de la Cámara Colombiana del Libro sino, así mismo, de la Red de Editoriales Independientes Colombianas, de la Asociación Colombiana de Libreros Independientes, de los departamentos de Literatura y Comunicación Social y afines de las universidades, de la asociación de los editores universitarios asociados y demás), que asegure la transparencia en los criterios de selección de los títulos destinados al PNLB.
Se firma en la ciudad de Bogotá, Colombia, a los veintiún (21) días del mes de septiembre (Día de la Bibliodiversidad) del año 2012.
Solicitamos a la comunidad de editores independientes, autores, libreros, estudiantes y profesores, lectores, impresores y demás integrantes de la cadena del libro y la lectura y, en general, a toda la opinión pública, respaldar este comunicado y apoyar las peticiones que en él se consignan.