Por; Jose Yamel Riaño, 14 de noviembre de 2013
Sigue siendo el tema de la Paz prioritario en todos los escenarios nacionales y locales y seguirá recurrente en las campañas electorales para elegir Congreso Nacional y en las Presidenciales. El tema embargará buena parte de la vida nacional porque como lo dijo al guna vez Jaime Bateman, “Quien se quede con la bandera de la paz ganará la guerra”
Los acuerdos alcanzados en la Habana entre los negociadores del gobierno del Presidente Santos y los delegados de las FARC, parece no tienen marcha atrás. El primer acuerdo fue sobre el Agro y el segundo, la semana pasada, ni más ni menos que sobre la Participación Política, es decir, sobre la formas de participar en la toma de decisiones de Estado, que nos afectan como ciudadanos.
Tenemos que felicitar a los negociadores y a sus jefes por los logros alcanzados tanto en sus formas como en sus contenidos. Valdría la pena hacer un ejercicio de comparación entre estas negociaciones y las que se produjeron en los años noventa que trajo como resultado la dejación de armas del M-19, el Quintin Lame, el EPL y una fracción del ELN.
Sin dejar de tener en cuenta que “No habrá acuerdo, hasta que todo este acordado”, parece que entramos a la recta final de las negociaciones y no sería raro que los colombianos pudiéramos celebrar el año nuevo acompañado de un acuerdo que ponga fin al conflicto armado y podamos empezar a construir la paz. Como también es posible que esté escribiendo con el deseo más que con la razón. Pero no importa, el tema no da para menos y solo escribirlo es emocionante.
Como ciudadanos estamos tan deseosos de conocer la paz como que llegue el momento de la firma de los acuerdos; sin embargo, no faltan quienes quieren dañar la fiesta. El señor Procurador General de la Nación dice; que todos los colombianos “queremos la paz”, que no hay enemigos de la paz, que lo único que los contradictores quieren es que la Paz no se convierta en impunidad total, absoluta; alega además, que los delitos de Lesa Humanidad y las violaciones generalizadas de los DD HH no admiten ausencia de castigo, asunto este, por todos conocido y compartido.
Pero una cosa es lo que el Procurador diga y otra, bien distinta, es la realidad nacional, o si no; que nos explique: porqué hemos vivido tanto tiempo en una guerra dañina sin justificación válida. Son esos hechos los que demuestran que detrás de la guerra hay gente muy poderosa que ha hecho de la guerra un negocio, de otra manera, haría muchísimo tiempo que el conflicto estaría resuelto.
Esas declaraciones, no de la persona, sino del señor Procurador General, acompañadas de otras intervenciones en la vida política del país, indican claramente: que se le está atravesando al gobierno del Presidente Santos, en una mezcla de ejercicio del cargo con un discurso político cargado de ideología religiosa donde se resalta su afán del mantenimiento del Estatus quo, lo cual indica claramente que allí hay por lo menos, una extra limitación de funciones, violatorias al régimen correspondiente a sus funciones.
Estos hechos, sumados a la política que adelanta el ex presidente Uribe, representante de la derecha en Colombia; dejan claro lo que el Procurador y la ultra-derecha quieren.