Por JOSE YAMEL RIAÑO
3 de agosto de 2010
Alguien, comentando una opinión de esta columna donde se preveía la ruptura del POLO nos escribía diciendo que estábamos en un error, que no había manera de que el partido se dividiera puesto que nunca había estado unido. Hoy, con la noticia que informa de la reunión del Comité Ejecutivo de esa colectividad donde el excandidato presidencial, Gustavo Petro no fue elegido Presidente del partido, hecho que sumado a otros, provocó la retirada del excandidato junto a su gente, debemos darle la razón a nuestro amigo.
Creo que el problema es conceptual. Ya lo hemos dicho: El polo no es un partido sino un frente donde cohabitan tres fuerzas políticas y, por tanto, donde es muy difícil el consenso necesario para actuar como si fuera una sola fuerza, es decir como un partido. Es difícil comprender como es que pueden cohabitar como partido una fuerza como la ANAPO, junto a otras de izquierda tradicional como el partido Comunista y el Moir, acompañados de otra que se expresa en términos de lo que fue el M-19.
Si lo de “frente” se aclara y se acepta, se podrían acordar reglas de juego nuevas, no para la connivencia de tres tendencias en un mismo partido, como lo es hoy; sino como tres fuerzas que actúan en un mismo frente. La diferencia es grande si tenemos en cuenta que los estatutos del partido son de corte del llamado “centralismo democrático”, -donde las decisiones se toman por mayoría absoluta y los que pierdan están obligados a aceptarlas- Así el que hace mayoría se asegura de tomar sus decisiones para que los otros las cumplan; mientras que en las Reglas de Juego, cada uno sabe con que cuenta. Ej. -Presidencia rotativa cada determinado tiempo, vicepresidencia lo mismo y así se puede armonizar el trabajo conjunto-.
Aún así la situación es bien difícil, a primera vista, la ANAPO nunca ha sido de izquierda, ni la izquierda tradicional populista, y en el EME se tuvo claro que el proyecto democrático es diferente y hasta contrario a los postulados de la izquierda Marxista. Luego, si conceptualmente hay esas diferencias pues en la práctica política lo que hay es desentendimiento.
Pero, en aras de la unidad y teniendo en cuenta la ley de partidos, la ley de bancadas y la mala presentación que tiene ante la opinión nacional la división de la oposición, podría ser esa una salida a la crisis en el hipotético caso que se pudiera concertar. Lo otro, es aceptar indefinidamente la dictadura de unas mayorías interna, derrotadas en la consulta externa que escogió candidato, sobre unas minorías sin derechos. O, por último, admitir la división como un hecho y hacer tolda aparte para proponerle a Colombia el proyecto democrático
Jaime Bateman decía, mas o menos: “La unidad es un problema de fuerza, no es verdad que la unidad democrática pase por la unidad de siglas. Pasa es por la unidad del pueblo”. Nosotros, -agregaba- no somos comunistas pero Jamás seremos anticomunistas. Tampoco hoy somos antianapistas pero peleamos nuestros derechos acompañados de pueblo y los primeros en denunciar las posibles connivencias del gobierno distrital con los carteles de la corrupción.
Gustavo Petro, no es un militante del M-19 porque eso ya no existe como organización política pero si encarna ese sentimiento libertario y de entrega a los intereses del pueblo. Fueron millón trescientos mil colombianos que con su voto, le acompañaron en su aspiración presidencial. Fue claro Petro en su campaña al presentarle al país sus propuestas de soluciones concretas a los males que nos aquejan como nación. Los postulados de Paz, Democracia y Modernidad estuvieron siempre presentes en todas sus actuaciones. Sin duda fue el mejor de los candidatos en los debates televisivos y eso, unido a sus actuaciones como parlamentario hacen de Petro la figura indicada para que interactúe con el régimen como el personero de las fuerzas alternativas.
Puede estar seguro el compañero Petro que las bases del PDA y mas allá de ellas, muchísimos liberales, conservadores, gente del partido verde y hasta Uribistas lo respaldan. Puede usted contar con sus amigos que solo esperamos su orientación para actuar siempre en función de los intereses mas sagrados de la población colombiana.