Haciendo memoria y rindiendo homenaje a las mujeres y a los hombres que siguen siendo ejemplo para la historia
EL PALPITAR DE UN CORAZÓN REBELDE
No hace muchos años una joven a quien llamaban Colibrí, nativa del País de las Canciones, comenzó a darse cuenta que en su bella tierra las cosas no marchaban bien. Las canciones tenían un acento triste y las gentes le cantaban más al desamor que al amor y hasta los cantares más alegres y rumberos se oían como un lamento. Los cantos a la muerte aumentaban en la medida en que disminuían los cantos a la vida.
Colibrí veía que ya no se podía ni dar serenatas, porque en más de una ocasión las guitarras y los tiples habían sido asaltados en los caminos por la violencia de los disparos. Veía con angustia que la mayoría de los niños carecían de fuerza para cantar y que a cambio bostezaban mucho de hambre. Los ojos de las niñas que a ella le gustaba ver llenos de viveza, parecían flores marchitas; y cuando un juglar le cantaba a la altivez, a la vida y al mañana, los gobernantes lo llevaban a una prisión donde hasta lo torturaban para que les dijera dónde y quién le había enseñado esas canciones.
Por donde quiera que se movía Colibrí encontraba que la situación de las gentes no sólo era desagradable, sino que empeoraba. El corazón, a veces, se le entristecía como un violín abandonado y otras, le palpitaba con la fuerza de un tambor rebelde.
El palpitar del tambor rebelde fue haciéndose más asiduo y Colibrí sintió la necesidad de buscar otros corazones que tuvieran el mismo palpitar. Recorrió muchos caminos. Conoció muchas gentes. Anduvo por todas las llanuras y se bañó en mil ríos. Le rindió culto a la libertad en las más altas montañas. Aprendió el lenguaje de las aves. Voló sostenida en las alas del viento. Donde quiera alegraba, aunque fuera por un instante, las miradas de flor marchita de las niñas y su tambor no cesaba de despertar corazones que, poco a poco se unían y se unían a su palpitar. Y fueron una fuerza. Y hoy tienen el empuje de un caudaloso río.
AFRANIO PARRA GUZMAN
Relato escrito en 1982
La Compañera Nydia Erika, nació en Bogotá el 29 de octubre de 1954, era socióloga de la Universidad Nacional y Economista de la Universidad Central. Siendo militante de la Organización la detuvieron en Cali en mayo de 1986 miembros del ejército, torturada brutalmente por efectivos de la Tercera Brigada, fue abandonada desnuda en las afueras de la ciudad.
El 30 de agosto de 1987 en Bogotá hombres de la Brigada XX de Inteligencia Militar "Charry Solano" (1) vestidos de civil secuestraron a la Compañera Nydia Erika Bautista de Arellano.
Doce días después su cuerpo fue sepultado como N.N. en el cementerio de Guayabetal, en la vía entre Bogotá y Villavicencio.
En 1990 el entonces sargento del Ejército, Bernardo Pabón, declaró ante la Procuraduría acerca del desarrollo del secuestro, tortura y posterior asesinato de Nidia Erika. Entregó información que permitió a la familia recuperar el cuerpo, encontrado en julio de 1990 en una fosa del occidente de Cundinamarca que tenía las prendas del día de su secuestro.
En 1994 el entonces procurador para los Derechos Humanos, Hernando Valencia Villa, estableció que los secuestradores de Nydia Erika pertenecían a la Brigada XX de Inteligencia Militar "Charry Solano" del Ejército Nacional, comandada por el entonces general (2) ÁLVARO HERNAN VELANDIA HURTADO.
En 1995 el oficial fue destituido junto con tres suboficiales por la desaparición, tortura y ejecución extrajudicial de Nydia Erika. Velandia apeló, intentó llevar el caso a la justicia penal militar, incluso en el Congreso el entonces representante Pablo Victoria puso en duda que los restos correspondiera a los de Nydia Erika.
El 12 de noviembre de 2009 el Consejo de Estado dejó en firme el fallo que ordenó la destitución del general Velandia Hurtado. Por este caso existe una condena contra la Nación del Consejo de Estado y una decisión del Comité de Derechos Humanos de la ONU. Sin embargo, para la familia hasta el día de hoy no ha habido justicia. Los responsables andan libres. El proceso penal fue precluido en 2006.
La desaparición de Nydia Erika es otro crimen más del terrorismo de estado que se suma a los miles de desaparecidos y desaparecidas forzosamente en Colombia, todos y todas seguimos esperando verdad y castigo para los responsables.
NYDIA ERIKA… en la Memoria
NYDIA ERIKA… Sin Olvido
Notas:
(1) El Batallón Charry Solano conocido como BINCI (Brigada de Inteligencia y Contrainteligencia) era el encargado de dirigir el conocido Centro de Torturas "Las Cuevas de Sacromonte".
"Las Cuevas de Sacromonte", es el nombre que recibieron los depósitos subterráneos de armas de la Escuela de Comunicaciones del Ejército Nacional de Colombia. Se encuentran ubicadas en la población de Facatativá y su oscura fama se debe a que se convirtieron en el sitio de experimentación de torturas dirigido por el BINCI (Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia), también conocido como Batallón "Charry Solano", cuerpo especial de las Fuerzas Armadas de Colombia. En estas cuevas o cavernas fueron torturados miembros del M-19, ELN, EPL, dirigentes sindicales, políticos, etc.
Fueron directores y/o miembros de este batallón durante los años 1978-1980:
Teniente Coronel. Jaime Luis Barrera, Teniente Coronel. Harold Bedoya Pizarro, Mayor. Jaime Piñeros Rubio, Mayor. Bejarano Bernal, Sargento Mayor. Jose Vicente Arango
(2) 1983 el entonces procurador Carlos Jiménez develó los presuntos nexos del Coronel Álvaro Hernán Velandia Hurtado con el MAS.
6/30/1987
En junio de 1987 fue allanada la casa ubicada en la calle 53 B No. 31-34 Sur y retenidas 6 personas: Víctor Manuel Nieto Campos, Bertel Prieto Carvajal, Francisco Luis Tobón, Blanca Emilia Mahecha Marín, Rosalba Hurtado Ospina y María Yaneth Muñoz. Fueron llevados a las cárceles Modelo y Buen Pastor. Los 3 hombres fueron dejados en libertad un mes después y al salir de la cárcel fueron secuestrados y asesinados. De acuerdo a las declaraciones rendidas por el Suboficial de Inteligencia Bernardo Alfonso Garzón Garzón en la Procuraduría General de la Nación los días 22 y 23 de enero de 1991, este crimen fue planeado y ejecutado por efectivos de la BRIGADA XX. Su Comandante, el Coronel Alvaro Hernán Velandia Hurtado dio la orden al Capitán Sánchez, Comandante de la Compañía de Operaciones Especiales. Estos establecieron cuándo iban a salir de la cárcel, los esperaron a la salida, los bajaron del jeep Zuzuki LJ80 que ellos abordaron y los trasladaron a un Nissan azul, placas AM4350, y a un Zuzuki gris, placas SJ410; los condujeron a la Brigada XX y en la noche los llevaron por la vía hacia Villavicencio donde los mataron y dejaron sus cuerpos en la vía.
8/30/1987
El 30 de agosto de 1987 fue capturada y desaparecida la activista política NYDIA ERIKA BAUTISTA DE ARELLANO. De acuerdo a las declaraciones e informaciones suministradas por el Suboficial de Inteligencia Bernardo Alfonso Garzón, ante la Procuraduría General de la Nación el 22 y 23 de enero de 1991, el crimen fue ordenado y ejecutado por miembros de la Brigada XX de Inteligencia del Ejército, bajo la Comandancia del Coronel Alvaro Hernán Velandia Hurtado y con la participación del Sargento Ortega Araque quien era el conductor. Fue utilizado para el crimen un jeep Zuzuki SJ410 color gris. La víctima fue llevada a una finca durante dos días donde fue interrogada y torturada y luego asesinada y sepultada en la zona de Quebradablanca, en la vía de Bogotá hacia Villavicencio. Las indicaciones precisas sobre el sitio donde había sido sepultada, permitió el hallazgo de sus restos, que fueron reconocidos técnicamente, y dio credibilidad a las informaciones suministradas por el Suboficial.
9/30/1987
En septiembre de 1987 LUIS ENRIQUE RODRÍGUEZ, alias Avelino, presunto militante de las FARC, fue capturado en una residencia del barrio Prado Veraniego, en Bogotá, y desaparecido. De acuerdo a las declaraciones rendidas en la Procuraduría General de la Nación el 22 y 23 de enero de 1991 por el Suboficial de Inteligencia Militar Bernardo Alfonso Garzón, el crimen fue planeado y ejecutado por efectivos de la Brigada XX bajo el mando del Coronel ALVARO HERNÁN VELANDIA HURTADO. La víctima fue llevada a una finca donde fue interrogado y torturado durante 3 días y luego asesinado y sepultado en el sitio Quebradablanca, en la vía de Bogotá a Villavicencio.
*http://www.javiergiraldo.org/spip.php?article75