La ruta del M-19
DE LA PICOTA
A LA PICOTA
CROMOS siguió los pasos do los guerrilleros por
Tumaco, Cabo Manglares y San Lorenzo, en el Ecuador
Por Ligia Riveros - Fotos. Fabio Serrano (enviados especiales)
Esta historia comienza el 25 de junio de 1980 a la 1 de la tarde, con la más espectacular fuga que se conozca en el sistema carcelario del país. Iván Marino Ospina, segundo en el M-19 y José Elmer Marín, oficial primero y experto en guerrilla rural, escapan de la cárcel de La Picota luego de concluir la sesión del Consejo Guerra.
Al comienzo la gente no se explica por qué sacan a Marín en lugar de Alvaro Fayad (el tercero), o a Carlos Pizarro Leongómez (hijo de quien fuera almirante de la Armada), o a los abogados Andrés Almarales, o Israel Santamaría altos jerarcas de la organización. Sin embargo, a Marín lo necesitan para una acción específica que se conocería nueve meses más tarde, cuando ocurre un enfrentamiento del Ejército con el M-19 en la selva del Chocó y Antioquia.
ENCUENTRO EN
CENTROAMERICA
Luego de la fuga se reúnen en Panamá Jaime Bateman, Carlos Toledo Plata (cuarto en la organización). Iván Marino Ospina y Elmer Marín. Por esa época se habla de una invitación de Bateman a personalidades del gobierno y de la política para hablar sobre la situación del país.
Sólo se sabe que algunos periodistas han viajado a Panamá, pero el encuentro fracasa cuando la radio comienza a decir que el gobierno colombiano ha pedido la extradición de los miembros del M-19.
Los dirigentes del grupo subversivo viajan a Costa Rica y realizan allí una rueda prensa clandestina. Después, Marín parte a "un curso especial en algún lugar del mundo”.
El 20 de julio se empieza a hablar de amnistía. El presidente Turbay Ayala presenta su proyecto a la Cámara de Representantes. Días más tarde el M-19 dice que sólo la acepta si es general y ofrece que, si es aprobada de acuerdo con las leyes internacionales vigentes, ellos saldrán a las plazas públicas. Desde la clandestinidad Jaime Bateman lanza su candidatura a la Presidencia de la República. El 25 de febrero la comisión primera del Senado aprueba el Proyecto de Amnistía presentado por el gobierno. El 4 de marzo la plenaria del Senado la aprueba en su totalidad. Los alzados armas la rechazan por considerarla discriminatoria. El M-19 anuncia que desde ese momento comienza su lucha contra el gobierno.
COMPRA DE ARMAS EN EL
MERCADO NEGRO
Cuando hay dinero se puede comprar todo lo que se quiera Y si se trata de armas, es fácil hacerlo en el contrabando que cada día se intensifica más en el área del Caribe y en diferentes lugares del mundo. Se mueven millones de dólares y todo tipo de material bélico (hasta aviones de reacción con piloto incluido), armamento alemán, brasilero, israelí, norteamericano... En cuanto a los uniformes es fácil adquirirlos porque están a la vista del público en cualquier lugar, inclusive en los almacenes de artículos deportivos de Inglaterra.
El M-19 tiene el dinero suficiente para negociar en este mercado negro. Del operativo de la embajada dominicana, en donde mantuvieron secuestrados 16 diplomáticos durante dos meses, ganaron algo más de un millón de dólares. Es decir, más de 50 millones de pesos. La mitad lo destinan para la compra de armas. También adquieren uniformes que les dan la apariencia de paracaidistas norteamericanos. La otra mitad del dinero de la embajada ha sido utilizada como ayuda para mantenimiento de los guerrilleros en el país y de sus campos de entrenamiento.
Volvamos al grupo del M-19, que está en el Pacífico. El Ejército no precisó de dónde provienen las armas decomisadas. Según los miembros de la organización, las compraron en el mercado negro de Centroamérica. Estos hacen contactos en Barranquilla y contratan al "Freddy" con matrícula MC-295, buque que hace unos pocos meses prestaba servicios en Buenaventura como transportador de gasolina. Su propietario lo vendió a mercantes de Barranquilla, en donde lo alquila el M-19.
Todo está listo. El "Freddy", lejos de la Costa Atlántica, recibe a 180 guerrilleros que el gobierno colombiano asegura más tarde que han sido entrenados en Cuba (lo que ocasiona la suspensión de relaciones diplomáticas), y parte hacia el sur por la ruta del Pacífico. El operativo lo dirigen, por mar, Iván Marino Ospina, Carlos Toledo Plata, Elmer Marín y Rosemberg Pabón, más conocido como el "Comandante Uno". Están reforzados por gente en tierra firme, que hace los contactos necesarios para penetrar hasta el interior del país.
PRIMER DESEMBARCO
A finales de febrero el primer grupo desembarca en playas de Chocó, después de pasar por Cabo Corrientes. Allí quedan por lo menos 80 hombres dirigidos por Iván Marino Ospina y Elmer Marín, los mismos que el 25 de junio de 1980 se fugaran de la cárcel de La Picota. A comienzos de marzo tienen un enfrentamiento con el Ejército en Tadó, Chocó. Muere en combate Elmer Marín.
Mientras tanto el "Freddy" ha seguido su ruta por el Pacífico. El 2 de marzo detiene sus motores en alta mar, cerca a Tumaco. Una mujer alta, blanca, de cabello oscuro que le cubre los hombros, de unos 22 años, ni gorda ni delgada y un hombre blanco de mediana estatura bajan del barco y en una lancha se acercan al puerto. Luego de hablar con los negros van a la casa de Segundo Quiñones, un blanco que es experto lanchero. Allí la mujer lleva la palabra. Dice que se llama "María" y que necesita 10 canoas con motor para transportar maquinaria para proceso de petróleo a Orito, en el Putumayo.
La mujer ofrece cien mil pesos por el transporte, suma que Quiñones jamás ha visto junta. El tiene que subcontratar a la gente. María le entrega 50 mil como anticipo para gasolina y aceite. Al día siguiente deben partir temprano hacia donde está el "Freddy".
El 3 de marzo 20 lancheros salen con María y el hombre blanco hacia el barco. Ella lleva un potente equipo de radio para comunicarse con sus compañeros que esperan en alta mar. Llegan tres horas después. Los lancheros observan en el barco hombres armados y a uno de ellos con barba blanca y lentes. "Parecía el mandamás", dicen a CROMOS. Más tarde se sabe que es Carlos Toledo Plata. El grupo se identifica como el M-19. Pagan los otros 50 mil pesos y el "Freddy" parte rodeado de 10 lanchas.
SEGUNDO DESEMBARCO
A las seis de la tarde del 4 de marzo llegan a Cabo Manglares. Desembarcan en la playa. Hay más de 80 personas, incluidas María, una joven rubia y pecosa y seis mujeres muy jóvenes. También varios militantes de 16 años. Todos son ágiles. Bajan las cajas del barco. Los lancheros aseguran que decían "Chile-Arica". El desembarco dura media hora. Las cajas son pesadas. En cinco lanchas colocan hombres y armamento. En las otras va el resto del M-19. Cada una tiene dos negros de la región, que ha contratado Segundo Quiñones en Tumaco.
Napoleón Góngora, el guardafaro de Cabo Manglares, asegura a CROMOS que hace dos meses llegaron dos hombres con facciones indígenas y de poca estatura, uno de ellos con grabadora en mano y estudiaron palmo a palmo la región y sus 300 casas de madera. También estuvieron cerca al faro, que guía las 24 horas continuas a los pescadores de esta zona del Pacífico.
A las siete de la noche el "Comando Nariño", dirigido por Carlos Toledo Plata, entra a Colombia por el río Mira. El M-19 está seguro de su éxito. Por eso no le importa el ruido que producen los 450 caballos de fuerza de las 10 lanchas juntas, que son manejadas a toda velocidad por expertos de la región.
Tres horas después se acercan a Honda, población que colinda con Candelillas a 45 kilómetros de Tumaco y en un pequeño muelle para balsas desembarcan las cajas con armas. Despiden a los 20 lancheros. Les dicen que todo es por el pueblo y la revolución. Les advierten que deben guardar silencio y que si hablan, el M-19 sabe dónde vive cada uno de ellos.
EL ERROR
Hacen contactos con el hombre que se ha movilizado por tierra. El camión VSC-830, marca International, llegará de un momento a otro. Carlos Toledo, Rosemberg Pabón y su gente esperan. Arriba el camión que conduce Mariley o Tarquino Chamorro. Lo acompañan su pequeño hermano David Raúl Castaño y Jairo Vargas. Llevan chontaduro, fruta pequeña a la que le atribuyen poderes afrodisíacos y coco, para colocar sobre las cajas de armas y así disimular el cargamento.
El 5 de marzo parte el camión hacia el Putumayo. El 6 a las siete de la noche, es interceptado en una labor de rutina por la Aduana Nacional en el retén de San Francisco, sobre la carretera que lleva a Mocoa desde Pasto. Entran en sospechas porque llevan alimentos que se producen en abundancia en esa zona. Hacen una requisa total y descubren las cajas con el armamento "sofisticado", según el calificativo que le dio el Ejército. Se trata, entre otros, de fusiles G-3, granadas, sub-ametralladoras y bazukas.
Los hombres son detenidos, interrogados en la III Brigada con sede en Cali y cuentan todo el operativo del "Comando Nariño” dirigido por Carlos Toledo Plata
Mientras tanto, Toledo y sus hombres avanzan un poco por la orilla del río Mira. Le compran a un campesino de la región un cerdo por 30 mil pesos. Se bañan en el río y preparan el asado. No toman ninguna Iniciativa militar. No dispersan sus hombres en escuadras de siete guerrilleros, como ha sido lo habitual. Parece - pero sólo parece- que su objetivo era entrar al Putumayo, Vaupés, los Llanos Orientales y así dispersarse por una amplia zona del país para llevar a operativos simultáneos. El 7 de marzo y como resultado de las confesiones de los detenidos con el camión con armas, ordenan desde Cali al Batallón de Caballería de Ipiales que ataque, por estar más cerca al río Mira.
LOS PRIMEROS MUERTOS
En un claro junto al río, Toledo, Rosemberg y los guerrilleros se bañan y comen lechona. El Ejército manda una avanzada. Llega silenciosa. Todo es fácil utilizan el “golpe de mano", la sorpresa... 1a carabina G-3 hace su trabajo. Una mujer y dos hombres quedan con la frente destrozada. A otro le amputa una mano. Los "muchachos" también tienen G-3, pero no saben responder al fuego. Se repliegan un poco, tratan de resistir. El ejército avanza. Algunos guerrilleros pierden las botas, dejan el maletín con dólares. Es el 7 de marzo.
Los hombres del M-19 se retiran. Quedan más de 90. En este encuentro han muerto una mujer y cinco guerrilleros. Durante ocho horas se sostienen, después huyen hacia el sur. No conocen la región, ni los pantanos.
Mientras tanto el Ejército llama tres batallones más: el Pichincha, el Boyacá y el Cabal. Recogen los cadáveres. Los llevan hasta un corredor del hospital de Tumaco. La gente reconoce a la mujer. Es María, la guerrillera que contrató a los lancheros para que transportaran las armas por el río Mira.
SEGUNDO Y TERCER ENCUENTRO
El Ejército vuelve al ataque el 10 de marzo con soldados renovados. El segundo contacto es en la quebrada El Pital. Mueren dos hombres del M-19. La persecución sigue sin tregua. Se recrudecen los combates en Restrepo. Mueren dos guerrilleros más. Antes se han ahogado dos soldados en el Mira y otros dos han sido muertos por los alzados en armas.
El último encuentro es en "Salto Mataje". Mueren tres guerrilleros. El Ejército captura 27. El resto de hombres pasa el río del mismo nombre y entra en territorio ecuatoriano.
BOMBARDEO DE CADAVERES
Llega un helicóptero a Tumaco. La gente se estremece. Cuenta que los cadáveres colgaban envueltos en polietileno. Después de aterrizar los llevan en camión al hospital. Los dejan con los otros seis. El olor es fétido. Son en total 13 guerrilleros del M-19, entre ellos María y un guía negro. La madre llega a recogerlo. Es de Candelillas. Se llama Delfín Cabezas Quiñones. Unos dicen que era guía del Ejército, otros aseguran que era del M-19 y que fue capturado y obligado a conducirlos donde los guerrilleros. Los familiares del guía cuentan que el médico de la guerrilla fue acribillado cuando operaba a su compañero. Los dos murieron. En el acta de levantamiento de los cadáveres quedó claro que el guerrillero, de 23 años, aparece con vendajes y suturas que sólo pudo hacer un cirujano. El médico recibió un tiro de G-3 en el cráneo. Su paciente presenta perforaciones en la ingle, en el muslo y en la cavidad ilíaca.
Después de 24 horas el Ejercito reclutó como voluntarios a dos negros para que cavaran fosas. A las 10 de la noche recogen los cadáveres. Comienzan a arrastrarlos. Ricardo Garcés, el sepulturero, y su ayudante, Alfredo, se conmueven. Hacen una parihuela y alzan a los muertos. Los seis primeros son enterrados en una fosa con capacidad para dos personas
Las personas que trabajan en el hospital cuentan que del Apostadero Naval los militares trajeron dos guerrilleros los colocaron frente a los muertos. Uno tenía los ojos vendados. Le quitaron el trapo negro y exigieron que los identificara, El afirmó que no los conocía.
ENTRARON SIN ARMAS Y PIDIERON ASILO POLITICO
San Lorenzo, en Ecuador, es un pueblo aún más triste y más pobre que Tumaco. Tiene 80 mil habitantes. La gente siente rabia contra el gobierno de su país. Al principio no quiere hablar. El campesino lo hace. Comenta con voz temblorosa. "Mi gobierno hizo mal al entregar a los guerrilleros que pidieron asilo", El comerciante Danilo Guevara se quitó los zapatos para dárselos a un guerrillero. Dice: "No tenían armas, solo un cargador. Las habían botado en el Río Mataje, en la frontera. Las señoras del puesto de comida, "Quito, les regalaron alimentos. El doctor Carlos Alzamora (Toledo Plata), tenía un lente quebrado. Es de unos 60 o quizá 55 años. Habla la gente. Dio las gracias. Dijo que no quería hacerle mal a Ecuador. Que esperaba que les dieran asilo político".
Carlos Benítez, trabajador del Ministerio de Agricultura, nos guió con su motocicleta hasta el camino que conduce al aserradero Robalindo, el sitio exacto donde se entregaron los guerrilleros del M-19. Lo hicieron el 14, 15 y 16 de marzo en grupos de 6, 24 y 18. Había seis mujeres. El 17, Ecuador los entregó a los militares colombianos.
Nuestro guía dijo: "Una muchacha tenía una herida de bala que le atravesó la mano derecha. Contó que los helicópteros colombianos los habían ametrallado desde el aire en territorio ecuatoriano. Dos tenían los pies infectados. Estaban hambrientos. Fueron amables".
Más tarde viajamos a1 sitio donde aterrizó el helicóptero colombiano. Fue cerca a una escuela. A 17 kilómetros dentro de la frontera con Ecuador. El comisario envió cables sobre violación de territorio por parte de Colombia. Jorge López, dueño de una plantación de cacao, asegura que los militares colombianos lanzaron desde el aire granadas de gases que dañaron su cosecha.
HABLA EL SARGENTO QUE LOS DETUVO
En el puesto de la Policía rural de San Lorenzo, se enteraron de la presencia de personas extrañas, porque los campesinos pensaron que eran peruanos que querían invadir al Ecuador por la frontera colombiana. Eso los puso sobreaviso. Mientras tanto, Carlos Toledo y Rosemberg Pabón enviaron a dos militantes M-19 para averiguar por el puesto de inmigración. "Los detuvimos por sospechosos, comenta el policía Richard Olmedo, pero fue fácil que contaran quiénes eran y dónde estaban los demás".
Luego se prepara una comisión de seis agentes de la Policía comandados por el sargento segundo José Garcés, quien afirma: "Estaban totalmente desarmados. Dispersos. Se hallaban camuflados. Nos encontramos en la carretera con uno de ellos vestido de paisano. Le pedimos documentos. Hablamos con él, le dijimos que nos indicara dónde estaba el resto. Dijo que no tenía problema en decirlo. Nos llevó al sitio. Estaban vestidos de caqui como los paracaidistas norteamericanos. Ellos pedían asilo político. Los 24 que detuvimos no opusieron ninguna fuerza. Había un señor de unos 45 años que se identificó como médico, un tal doctor Alzamora. Es alto, blanco, de pelo canoso. Habló a la población. Dio las gracias y ratificó su deseo de pedir asilo político".
¿LOS DEL M-19 A LA GORGONA?
En Bogotá, el Presidente Turbay suspende relaciones con Cuba y acusa a Fidel Castro de intervenir en los asuntos internos de Colombia. En La Picota el general Martín Prieto, presidente del Consejo de Guerra al M-19, envía una solicitud al general Guerrero Paz, comandante de la III Brigada, para que ordene el traslado de Toledo Plata, Rafael Arteaga y otros miembros del movimiento que están siendo juzgados como reos ausentes. En la Isla de Gorgona se construye una sección especial, lejos de los delincuentes comunes, para miembros del M-19 que resulten culpables y sean condenados.