“ADICAE ha realizado una película documental en la que la realidad del ahorro y de las prácticas financieras, los fraudes al ahorro popular durante la última década y los cambios necesarios son abordados desde la perspectiva de expertos de diversos ámbitos y de las víctimas de 15 años de escándalos financieros que han golpeado duramente al ahorro de las familias.
Fuente: ADICAE
Realizado desde abajo —es decir, desde el lugar de la víctima, no del predador— los poco más de 48 minutos de este filme oscilan entre el nervio de la denuncia y la enseñanza de que el “hasta cuándo” puede tener respuesta, precisamente, de los victimados. Los desórdenes que incomodan a gobernantes y buenas conciencias coinciden alrededor de la cultura occidental.
No sorprende que muchos —instituciones, nombres propios— hayan elegido no participar en la producción; la culpa no es suicida, su género es otro: desgarra y esconde el pico que desangra.
En apariencia lo que sucede pasa lejos de América Latina, pero no nos engañemos; de otra laya también —con otra ferocidad— también se nos exige paguemos nuestra parte.
Lo vivió de manera evidente la Argentina al comenzar el siglo, lo vive desde siempre el incauto chileno de la “casa más bonita del barrio”, lo paga con algo más que sudor toda América Central. Y con sangre la gente de México.
Es la otra cara de la “globalización” (ese resultado de la mundialización de la economía).
Los buenos modales de lo que asociamos a la civilización, queda claro, es lo que resta luego que los elefantes atraviesan el bazar.
Va siendo hora de globalizar la protesta para que deje de serlo y se convierta ese mundo que se clama posible. Es hora de comenzar de nuevo. Nada más vale la pena decir.