LA FISCAL Y SU MATRIMONIO.-
Por. José Yamel Riaño /09 de Enero de 2012
Con Carlos Alonso Lucio nos conocimos en el M-19, donde lució por su inteligencia y capacidad de relacionarse. Allí compartimos muchas anécdotas del quehacer político acá, donde la política de oposición se tenía que hacer armada porque no era posible hacerla desarmada so pena de ir preso, aparecer muerto o, simplemente desaparecer. A la clase “dirigente” le pareció que no se podía convivir con la diferencia y menos reglamentarla legalmente como sucede en cualquier democracia. Por el contrario, al amparo del Estado de Sitio se persiguió a los opositores y muchas veces se les encarceló, torturó y asesinó hasta exterminarlos, como sucedió con la dirigencia de las guerrillas del llano en los años cincuenta y luego, en los ochentas y noventas con La Unión Patriótica.
Hubo necesidad de usar las armas no solo para hacer política sino también para forzar a una Constituyente que suprimiera entre otros muchos cambios positivos, el artículo 121 que imponía el Estado de Sitio, (o Estado de Guerra) que se nos volvió casi permanente, permitiendo toda clase de violaciones a los Derechos Humanos, no obstante ser nuestro país uno de los suscriptores en Naciones Unidas de ese documento.
Esta historia viene al caso porque hoy Carlos Alonso es el esposo de la Dra. Vivianne Morales nada menos que la Fiscal General de la Nación y a ella, parece, que hay necesidad de satanizarla porque nuestros niveles de tolerancia le impiden a la señora Fiscal hacer, como a cualquier mortal, una familia como Dios y la Ley lo mandan. El colmo es que ahora, después de tanta tinta y tiempo por los medios invertidos, resulta que “la Fiscal es caso patético y peligro social y su unión matrimonial una vergüenza inaceptable para nuestra sociedad”. (Publicado en el Tiempo, opinión política el 7 de enero de 2011)
La verdad es que hoy, cuando los bandidos de cuello blanco tienen tanto miedo porque al frente de la Fiscalía esta una persona impoluta, no se sabe qué atributo es peor, si ser Cristiano practicante, valiente para enfrentar las mafias que se quieren robar el país, como lo ha demostrado la Dra. Vivianne, o tener toda la paciencia y tolerancia del mundo para soportar un suplicio como al que los medios han sometido a la señora Fiscal por el solo hecho de amar un hombre y casarse con él.
Y que no digan que una cosa es la Fiscal sin Carlos Alonso y otra con Carlos Alonso como esposo porque desde 1991 vivimos en Estado Social de Derecho con derechos y libertades ciudadanas que no solo están escritas sino que son para ejercerlas.
Otra cosa es acusar a Carlos Alonso por algún posible delito cometido en Realito como asesor de uno o varios jefes paramilitares y otro acusar a Vivianne por ser la esposa de Carlos Alonso. Afortunadamente el M-19 no existe como institución política porque Carlos tendría mucho que explicarle a esa organización y a la Nación. Sin duda que su conducta pudo estar relacionada con los planes de “Refundación del Estado”, firmado por algunos caciques regionales –casi todos uribistas- y jefes paramilitares, hechos que si merecen el rechazo social y las investigaciones correspondientes para hacer que Carlos y/o cualquier otro, pague por los supuestos delitos cometidos, debidamente probados en juicio adelantado con todas las garantías.
Aunque no he tratado con Carlos el tema, tengo entendido que su versión es diferente y, verdad o mentira, viable legalmente o no, eso debe ser materia de investigación que le corresponde a la justicia conocer para ponerlos en consideración de los Jueces que son quienes deben tomar decisiones definitivas. Y Ahí si, que el peso de la ley recaiga sobre los culpables.
Al país le viene bien un debate serio que aclare, hasta dónde llega lo privado y comienza lo público, hasta dónde la libertad de prensa tiene o no, topes éticos para criticar asuntos privados de altos funcionarios. De igual manera, el país tiene derecho a conocer los hechos producidos en Santafé de Realito para valorarlos, porque mirados desde distintos ángulos reciben diferentes lecturas que pueden o no coincidir con la verdad de los hechos. Me parece que este tema coincide con el escándalo del matrimonio que hemos comentado y el debate puede ayudar a dilucidar verdades.