Por: JOSE YAMEL RIAÑO
Viernes 06 de Agosto de 2010
Mañana sábado 7 de agosto Colombia estrenará gobierno, Juan Manuel Santos asumirá la jefatura del Estado al menos por los siguientes cuatro años y lo menos que podemos hacer desde la oposición democrática es desearle éxito en sus propósitos de mejorarle la calidad de vida de los colombianos.
El esfuerzo del nuevo gobierno debe centrarse en el cumplimiento de los retos que enfrenta, que como hemos visto, son muy grandes y cualquiera que entienda algo de emprendimiento sabe que para lograr objetivos es necesario priorizar problemas porque hay veces que la solución de todos depende de que por lo menos uno de ellos sea efectivamente resuelto.
El presidente Santos conoce esta situación y es conciente de las dificultades y oportunidades que se le presentan así como del momento que vive el país y ya ha comenzado a crear condiciones para aprovechar la coyuntura favorable. Eso es lo que explica cada acción que viene ejecutando a partir de su elección.
Lo que más ha llamado la atención de la ciudadanía, especialmente de la clase política, es su convocatoria a la conformación de un gobierno de unidad nacional, que aunque no está suficientemente claro; ya ha dado los primeros resultados. Veamos:
Revivió el bipartidismo histórico al fortalecer al Liberalismo metiéndolo al gobierno y sacándolo de la oposición. Mantuvo al Partido Conservador con su cuota de poder. Y volvió a meter a Cambio Radical. Al Partido de la U, su partido, -pero también el que Uribe maneja a su antojo- no le dio tanto como esperaba. Atrajo a otras fuerzas minoritarias como el PIN y el MIRA y solo el POLO se quedó en la oposición porque el Partido Verde no se siente.
Con este escenario el nuevo régimen asegura un apoyo del 80% del Legislativo, Ya tiene cita en palacio el próximo lunes con las cortes, como su primer acto de gobierno, con la clara intensión de mejorar las relaciones con el poder jurisdiccional. Como si fuera poco, con su gira internacional, parece haber suavizado las relaciones con los vecinos y, mágicamente, los militares se volvieron amigos de la paz con los vecinos. Todo esto ha despertado expectativas y hasta esperanzas en la población y los politólogos claramente se han dado cuenta que la era Uribe ha muerto.
El presidente ha manifestado que acoge las propuestas de Petro respecto a la reforma agraria, a partir de la entrega de tierras, que han acumulado narcos y paramilitares, además esta dispuesto a abrir la discusión sobre agua y victimas. El nuevo ministro de agricultura ha corroborado esto y el columnista Rudolf Hommes hasta ha publicado formulas para hacer expropiaciones.
Pero, y entonces, para donde va Santos? Yo, francamente no lo se, y no soy futurólogo, es posible que el nuevo mandatario de pistas en su discurso de posesión, pero no es exagerado decir que ha acumulado a su favor las mejores condiciones para enfrentar cualquier reto.
En política siempre los acumulados se usan para ganar mas poder, por tanto, podemos deducir que el nuevo presidente, en contra de nuestras expectativas; lo que quiere, desde las expectativas burguesas, es hacer las reformas que el país requiere. Es decir, darle al Estado tanta intervención como la requiera y al mercado tanta como pueda. Hacer de Colombia un país capitalista moderno, para lo que es indispensable la democratización capitalista. –que, de otra parte requiere tranzar la guerra-. Ahora, antes de que me tachen de loco, puede ser que esto no pase de ser especulaciones, si, pero de ello el único irresponsable soy yo.
Las preguntas son: ¿Estamos los colombianos preparados para estos hipotéticos cambios? ¿Qué hacer desde la propuesta democrática de Petro? ¿Será suficiente con hacer oposición como hasta hoy? O, Petro de nuevo tiene razón y necesitamos interlocutar con el nuevo régimen. Supongamos por un momento que esta posibilidad se vuelve realidad. ¿Qué tal? Creo que primero debemos de llenarnos de argumentos para tomar decisiones y portarnos a la altura de las exigencias históricas. ¡Semejante reto el que nos espera!