POR JOSE YAMEL RIAÑO
Viernes 06 de julio de 201
No podemos dejar pasar los últimos hechos políticos en nuestro departamento y en el país, sin hacer algunas reflexiones que nos permitan una comprensión mayor de ellos, porque podemos estar en un momento nuevo en nuestra historia, que no solo nos muestra cambios importantes, sino un reacomodo de fuerzas y tendencias que están definiendo el presente y pueden señalarnos el futuro próximo de la gobernanza y la acción política.
En efecto, vivimos momentos que cambian la correlación de fuerzas hasta el punto que hay quienes afirman que el modelo Santista de la Unidad Nacional fracaso, que el descredito de instituciones como el Congreso de la República toco fondo, que el ex presidente Uribe es el nuevo jefe de la oposición en Colombia, que los partidos políticos no existen y que los verdaderos protagonistas de la política son las mafias que se han tomado las instituciones nacionales, y las entidades regionales y locales para saquear el erario e imponer las reglas de juego que les sirva a sus intereses.
Así las cosas, pareciera que ha llegado el momento del “Apague y vámonos” pero los hechos son tozudos y muestran que por el contrario, los ciudadanos son quienes han liderado las acciones que han dado al traste con las pretensiones de la clase política y el gobierno de Juan Manuel Santos, que quisieron hacer una reforma constitucional a la medida de las necesidades de sus propios intereses, la de los militares y magistrados de las altas cortes, pero que gracias al poder de los ciudadanos de bien, que se expresan en lo que denominamos “opinión pública” hizo que el presidente Santos, después de que su gobierno había liderado la llamada “reforma a la justicia” en el Congreso, tuviera que venirse precipitadamente del exterior, donde se encontraba, a ponerse al frente del proceso de hundimiento de la reforma dado que en la última instancia la gran mayoría de parlamentarios –con la honrosa acepción de la bancada del Polo, los Cristianos y algunos pocos de los miembros de la unidad nacional- habían aprobado un engendro jurídico hecho a la medida de las necesidades de la impunidad para los delincuentes de cuello blanco presos e investigados por los escándalos del proceso ocho mil, la parapolìtica y los carruseles de la contratación.
Un fenómeno parecido se intento producir en el Valle del Cauca, especialmente en la ciudad de Cali, con motivo de la elección atípica de gobernador del departamento por parte de la clase política que se coaligo en un frente que denominaron de Unidad Departamental que les garantizo, mediante un reparto burocrático, “amarrar” la gran mayoría de avales para así impedir nuevas candidaturas que evidentemente limito el derecho a elegir y ser elegido de los vallecaucanos. Los ciudadanos se organizaron de forma espontanea en grupos significativos de ciudadanos que optaron por el VOTO EN BLANCO siendo la única fuerza que aumento en términos porcentuales del 11 al 22 % su votación en el departamento y casi el doble en Cali pero no lo suficiente para hacer repetir la elección. El hecho a destacar es la abstención que alcanzo el 81%, lo que quiere decir que los ciudadanos expresan su descontento no votando o votando en blanco.
Los hechos narrados nos sirven para entender que en Colombia el poder ciudadano, aunque todavía de forma inorgánica expresa su rebeldía pero que le hace mucha falta es conducción con valores y principios que le devuelvan la credibilidad y la esperanza al ciudadano de a pié que somos la gran mayoría.
A pesar del diagnostico tan preocupante, como las finanzas del departamento quebrado,-bajo el régimen de ley 550 o ley de quiebras- la seguridad territorial, la prestación de servicios públicos a los ciudadanos como salud, educación y vivienda, además de la defensa del erario que las mafias organizadas saquean sin importarles que sean las finanzas de la población menos favorecida que hoy está literalmente aguantando hambre y que el gobierno que encabeza el gobernador electo, Dr. Ubeimar Delgado tiene que enfrentar para lo cual necesita el apoyo popular, muy difícil por ahora, con solo el 8% de electores posibles que lo eligieron y con tanto compromiso burocrático adquirido para la construcción de la manguala que ganó.
Por eso, aunque esperamos que le vaya bien en su mandato, ya le hemos anunciado vigilancia y control político por parte de los ciudadanos que votamos en blanco y el movimiento que construimos.