¡AQUÍ NO EXPROPIAMOS!*
*(Juan Manuel Santos) Cumbre de las Américas. Cartagena de Indias.
Por: José Yamel Riaño
23 de Abril de 2012
Que pena Presidente, no le luce ese papel de “Judas” con los pueblos del continente y particularmente con la hermana República de Argentina, a la que evidentemente se refirió con esa desafortunada frase-. Ese es solo uno de los pueblos americanos que navegan sobre la ola democratizadora y nacionalista que viven la mayoría de nuestros vecinos por la dignidad y el bienestar de nuestra patria grande; América.
Desde Bolívar, hasta nuestros días, los mas destacados líderes latinoamericanos han proclamado la urgente necesidad de la unión de nuestros pueblos hispanoparlantes porque unidos constituimos una nación poderosa frente al mundo. Usted mismo ha tenido gestos consecuentes con Venezuela, Ecuador, Brasil y otros pueblos y gobiernos que le ha merecido el respeto y le lo tienen como un gobernante que busca para su país un liderazgo necesario.
Ahora, puede ser que el contenido de la frase exprese una política nacional a la cual tenemos derecho como nación soberna; así muchos no estemos de acuerdo con ella. Lo inaceptable es el momento coincidente con el pronunciamiento de la Presidenta Argentina sobre la nacionalización de los activos de Repsol YPF en su país. Así como usamos nuestros derechos tenemos que respetar la soberanía de los otros pueblos y con mayor razón cuando se trata de la defensa de las riquezas naturales como es el caso Argentino que haciendo uso de su autonomía como nación libre y soberana recupera, de manos de una trasnacional española parte de su riqueza petrolera.
Esa frase se suma al antecedente perverso del gobierno de Julio César Turbay cuando en la guerra de las Malvinas de hace 30 años, fuimos el único, de los gobiernos latinoamericanos que nos colocamos del lado del colonialista gobierno inglés. Estamos quedando como el Caín de América. Presidente; de lo que se trata es exactamente de lo contrario, tenemos derechos pero también deberes y la solidaridad comienza en casa, con los hermanos, así nos lo enseño nuestro padre de la patria: Simón Bolívar.
Pero además, y allí quería llegar, el escenario mundial ha cambiado, y mucho, ya no vivimos la época del mundo bipolar y menos monopolar, ahora estamos en la Era multipolar y todos sabemos que naciones como las latinoamericanas nunca podrán, por si solas, constituirse en uno de esos polos, por el contrario, se necesita, hoy mas que nunca, la unión de nuestros pueblos para, como la gran nación que somos, ser uno de los polos en el escenario internacional.
Es esa la razón de ser de acuerdos comerciales y de integración como Mercosur, el Alba, el Acuerdo Andino de naciones, los avances, y discusiones integracionistas de la Cuenca del pacífico además de los controvertidos acuerdos bilaterales o tratados de libre comercio entre naciones.
En ese escenario, señor presidente, casi están todos los que son pero no son todos los que están. Falta que países como el nuestro nos integremos como debe ser, sin jugar a ser neutrales porque terminamos del lado del lobo por querer mostrarnos como protectores de Caperucita.
La suerte esta echada, o tomamos partido del lado de la familia en esta gran nación latina o seguimos viviendo la triste historia de enajenación desde que somos república. Usted señor presidente que ha mostrado independencia frente al sector mas retrograda de la oligarquía colombiana puede –y debe- liderar un proyecto de unidad latinoamericana por la grandeza que merecemos.
En Colombia tenemos muchos problemas pero son tres los de mayor incidencia en nuestras vidas; el hambre, la guerra y la injusticia social. Los tres son complejos pero solucionables. Hay otros de igual o mayor incidencia como la corrupción administrativa, la inequidad en la distribución del ingreso que requieren que en lo interno se apliquen medidas estructurales de fondo, comenzando por la recuperación de nuestras riquezas para lo cual se necesita montarnos en la ola democratizadora y nacionalista que vive Latinoamérica.