“CATACLISMO MORAL”
Por: Héctor Pineda S *
La frase titular de estas líneas la soltó el Constituyente Augusto Ramírez Ocampo, promotor de la Alianza Ciudadana en Defensa de la Constitución de 1991, en el “encuentro ciudadano por la justicia”, en respaldo a la autonomía e independencia de las Cortes de justicia, hoy, según expresiones de algunos intervinientes, “amenazada por la presión indebida del gobierno del Presidente Uribe”.
En el salón de un hotel capitalino, con una alfombra decorada con la figura de un árbol elaborado por miles de hojas verdes (varios matices) troqueladas en forma acorazonadas, simbolizando, según se nos dijo, “las tres Ramas del Poder Público”, con el testimonio escrito de respaldo ciudadano a la labor de nuestros jueces, tuvimos la oportunidad de escuchar las más variadas y frondosas expresiones de apoyo a las Cortes, de labios de académicos, periodistas, Constituyentes, recicladores, organizaciones no gubernamentales, etcétera.
El ambiente, cargado de emotivas palabras de admiración hacia los jueces y de exaltadas invocaciones de importantes decisiones de los Tribunales “en defensa del Estado social y democrático de derecho”, también, poco a poco, se fue llenando de fuertes reclamos y señalamientos contra el gobierno de Uribe Vélez. “Por cuenta de las chuzadas, los falsos positivos y de las amenazas contra los jueces, estamos viviendo en un Régimen policivo de cataclismo moral cuyo epicentro se ubica en la Casa de Nariño”, denunció con vehemencia el Presidente de PLURAL Augusto Ramírez Ocampo. “No equivocarse. Sabemos que existe una empresa criminal dirigida a obstruir la justicia. Los jueces nos tienen que ayudar a desmontar a las mafias que nos gobiernan” aseveró la Decana de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Natalia Springer. León Valencia, analista y columnista de EL TIEMPO, dijo que “era mentira que el paramilitarismo fuera un intento para atajar a la guerrilla sino que las Cortes, en especial la Corte Suprema se encargó de demostrar que era un verdadero concierto para despedazar la democracia”, entre los “variopintos” señalamientos y fuertes dardos verbales dirigidos en contra del actual gobierno.
Los Magistrados también hablaron. Lo hicieron en “tono mayor”. Vehemente, el Magistrado Jaime Arrubla (Presidente de la Corte Suprema de Justicia), en una hilvanada exposición sobre la independencia y autonomía de la justicia desde la perspectiva del derecho ciudadano al debido proceso y, sin mencionar al gobierno, reclamó sobre la invocación del origen popular de otras Ramas para “amedrentar a los jueces”. Mauricio González, Magistrado Presidente de la Corte Constitucional, habló de la “unidad de la Rama en la lucha contra la corrupción, a favor y para la protección de las víctimas y de la población vulnerable y en el compromiso en la consolidación y vigencia del Estado Social de derecho”. El Vicepresidente del Consejo de Estado, Magistrado Mauricio Fajardo, además de resaltar la importancia de varios pronunciamientos del Tribunal (Bases militares) señaló que “sin los jueces no es posible la democracia” y reiteró que las amenazas contra la justicia bien puede demostrarse con solo mirar el Plan de Desarrollo en el cual “no existe una sola referencia a la administración de justicia y, en términos presupuestales, tan solo se tiene una asignación del 1,2% del presupuesto, adicional a los señalamientos incendiarios contra la justicia y los jueces”.
Coincidentes, se pidió restablecer el Ministerio de Justicia y evitar la “politización de la justicia y la judicialización de la política”; se insto, también, a los ciudadanos a evitar que se restrinja la Tutela. Al final, en medio de las voces de urgencia y denuncia, quedó flotando una pregunta: ¿cómo superar el cataclismo moral? Emulando a la ciudadanía y a los jueces italianos en la lucha contra las mafias, es posible que Colombia necesite que se convoque a un movimiento de “Manos Limpias”. ¿Estará en la agenda de las fórmulas presidenciales? Santos-Garzón y Mockus -Fajardo tienen la palabra.
*Constituyente de 1991