El 2010
Por ABAKUA
El 2010 es un año decisivo para el gran capital y el establecimiento colombiano. 2010 determina el sentido de cómo gobernar la próxima década colombiana. Y no solamente porque Uribe haya dejado el poder e iniciar una nueva hegemonía política, sino porque el gran capital decide entonces adquirir un determinado estilo político para seguir gobernando.
El establecimiento escoge el modelo entre seguir con un neoliberalismo criminal, fascista, sostenido por la para-estatalidad y el parauribismo o escoger la ruta hacia un modelo de neoliberalismo, que se Acoja a las reglas del juego formal del estado de derecho, caminando por la acera reglamentaria de la ley y el orden, sin recurrir a la parainstitucionalidad o la violencia fascista , dándole un remozado retoque cosmético de la democracia formal y haciendo del recambio institucional un acontecimiento electoral de “gran cambio” producido por un Partido verde, no por ningún partido tradicional, ni uribista y menos por la izquierda. La salida mokuciana es la ruta escogida por el establecimiento evitando la polarización política dejada por Uribe.
Probablemente no haya año alguno en el último medio siglo, que señale una transición nacional con caracteres tan claros y netos como el 2010. Como toda transición, este período recoge en su seno ciertos valores que quedan afirmados y ciertos valores que caen para siempre. La burguesía colombiana quiere lavar la sangre del período uribista, del modelo criminal con las aguas de la marea verde y de un pacto de silencio. De paso quiere sepultar y hacer caer para siempre los valores y la vigencia de las izquierdas bajo el manto moral del anticomunismo mokuciano.
La marea mokuciana se dá sobre los escombros de los movimientos sociales aniquilados y sobre la afirmación mediática de ciertos valores parauribistas inamovibles que son del consenso de las élites y acogidos por no pocos sectores sin excluir el candidato del Polo como los de seguridad democrática, férreo y policivo control social, o cohesión social y confianza inversionista.
La legitimación de la liquidación violenta parcial o total de las amenazas sociales, políticas o militares a la consolidación del modelo neoliberal se realizó para garantizar zonas estratégicas de inversión nacional y extranjera del gran capital.
El consenso del trabajo sucio que realizó Uribe en sus 8 años, se deja como un acumulado de valores positivo que tiende a perpetuar la idea de triunfo de las derechas. La política de la venganza como ejército victorioso se mantendrá no sobre los opositores armados, sino sobre todo lo que huela a cambio y a oposición de izquierda. El imaginario triunfante e invicto de un pasado uribista siempre será recordado y esgrimido por la derecha dura, rígida y obstinada, que le trazará el camino al autoritarismo mokuciano un tanto flexible para ellos. Se invocará siempre a uribe a pesar de sus atrocidades para contener cualquier asomo de desviación del país hacia la izquierda.
2010 está lleno de hechos singulares, quizás irrepetibles, que adquieren una fecunda perspectiva histórica en la medida que se los analice tratando de llegar al fondo del asunto de esta transición en la cúpula. Son estos hechos los que hay que extraer del fárrago de encuestas y minucias de la campaña electoral presidencial.
El viraje del gran capital hacia un Estado de derecho que relegitime la dominación política democrática, deja fuera de lugar el estilo parauribista y su continuismo santista, pero deja intacto el fascismo que en lo legislativo quedo consagrado, deja intacta la liquidación del Estado constitucional y el establecimiento del absolutismo político del Estado Comunitario que quedó consagrado vía legislativa, del terror y el aplastamiento psicológico que quedó consagrado con leyes como las de inteligencia y militarización de la vida ciudadana, sin mencionar el paquete económico legislativo aprobado que sustenta esta actitud fascista.
Este viraje de forma de dominio ha sido interpretado por amplias mayorías y capas medias como una revolución o un cambio, así es percibido, no sólo de estilo, sino que se ve la posibilidad de un gobierno distinto. El pueblo ve la forma, la cresta de la ola, no la corriente o el contenido neoliberal de la marea verde. La esperanza de un verdadero cambio ético ante ocho años de corrupción y de escándalos sucesivos y en cascada desde la casa de Nariño, el Congreso de la República y el palacio de justicia.
La acumulación de hechos nefastos en ocho años y la posibilidad de un nuevo régimen que retome el Estado de derecho es la nueva fase que se juega el gran capital para no seguir polarizando al país, cambia la forma de gobierno para que no precipite la explosión de contradicciones sociales y políticas que se han acumulado con Uribe y con posible gobierno del uribismo sin Uribe. Pero este giro está produciendo unas expectativa populares y en las capas medias de triunfo frente al continuismo de forma desbocada,. Si bien es cierto que las contradicciones entre los medios de comunicación y la puja por el tercer canal ha conducido al Grupo Prisa y a RCN a abrir los micrófonos a Mokus frente a la secreta escogencia del grupo Planeta por Uribe-Santos, también es cierto que el sentimiento represado ante tanta ignominia uribista, está produciendo un fenómeno de masa y de opinión que ha catapultado a miles de personas y de jóvenes hacia la participación política electoral, que ven esperanza en la marea verde.
A pesar de Mokus y sobre sus hombros cabalga otra marea que quieren resolver su tensión emocional, social y de justicia, y que inicialmente los mueve un rostro distinto a y de la nación, encarnado DE NUEVO en una persona, pero que es un tiempo inagural, cargado de motivaciones, de fervor y ansiedad en busca de un cambio, depositado equivocadamente en mokus y a pesar de mokus, por no tener otro referente a la izquierda que se desdibujó con la derechización de Petro y por una práctica política cotidiana bastante reformista sin apoyo a los movimientos sociales o dejándolos solos y sin una solidaridad real, comportándose como un partido más y no como un nuevo proyecto político más allá de lo electoral.
Detrás de la marea verde y de Mokus, hay que saber leer que existe una verdadera y autentica actitud mental de concebir el país, una expresión de una nueva generación que busca desesperadamente la verdad y la justicia, que no la encontró en la izquierda por el desgaste mediático a la que la sometieron los medios de comunicación en su guerra mediática contra el terrorismo y el desprestigio infligido, el autodesprestigio y el desperfilamiento de esta como alternativa, por sus reducción a ser simplemente una fracción parlamentaria y no un proyecto histórico-político y social, por su reducción a ser solo un frente de personalidades y personalismos y no constructora de procesos y proyectos colectivos.
Esta actitud mental de mayorías y de franjas amplias de la población y de capas medias, pareciera que fuera el producto de una suerte de encrucijada entre el YA NO y el TODAVÍA NO; el ya no uribismo y el todavía no un voto de confianza por su incapacidad de convertirse en una alternativa de poder en la izquierda, un castigo al estilo uribista de gobernar y a la vez un rechazo a las izquierdas por sus crasos errores.
Frente a este panorama, mal hace el Polo y su candidato en atacar a Mokus como objetivo principal. Su referente hasta en los debates en televisión es Mokus, no Santos o Uribe. La tesis moirista de que Mokus es igual a Santos es equivocada. Es otro error solo comparable, guardando las proporciones, al de los comunistas alemanes en 1928, año en que la tercera internacional comunista y sus seguidores, formulan la política del “tercer período” (tras un primer período de crisis capitalista y levantamientos revolucionarios 1917-1928, y un segundo de estabilidad capitalista 1925-1928, en el que la crisis y las revoluciones están de nuevo a la orden del día. “Las soluciones últimas a las que se ve obligada a recurrir la burguesía para salvar la crisis son el fascismo y la socialdemocracia que no son polos opuestos, sino fundamentalmente gemelos” decían los comunistas alemanes y a partir de aquí el enemigo principal es la socialdemocracia, que será calificada de socialfascista. La escisión a fondo en el seno de la clase obrera y en las clases medias no se hizo esperar, los obreros, hombres y mujeres de la intelectualidad y capas medias comunistas y socialdemócratas se enfrentaron entre sí y se produce una escisión profunda que deja el camino libre al nazismo hitleriano en su triunfo electoral en 1933.
La marea verde tiene hoy un gran enemigo, el fascismo uribista que encarnado en la ambición oligárquica de Santos y el sector que el representa y en el miedo de Uribe y del parauribismo a ser juzgado por no tener continuador de confianza que le cubra sus espaldas, puede esta combinación jugar su última carta fraudulenta frente a las próximas elecciones presidenciales o la sempiterna salida sangrienta. Ante este eventual no descartable escenario es otra de las oportunidades de crecerse de las izquierdas y relegitimarse colocándose a la altura de los acontecimientos sin mezquindades individuales y las posibilidades de encarnar una salida y retomar su vigencia perdida en medio de tanta confusión y equivocación.
El tiempo del 2010 y las mudanzas de la burguesía, que deja su traje de carnicero y se coloca el de arlequín, convierte la simpleza de mantenerse en la cresta de la ola verde en complejidad, cuando la nueva generación se enfrente a la ola verde una vez sea gobierno y pase la marea en medio de una insuperable crisis económica y social del capitalismo, cuando la burguesía de nuevo cambie el traje de arlequín y se vista de gendarme o cuando el arlequín que ya es para ese momento un nuevo déspota ilustrado recurra a su vicepresidente para realizar nuevos pactos de donbernabilidad. Ya en esos días ojalá el Polo y las izquierdas sociales se hayan recuperado, hayan sabido aprender de las lecciones, reconstruyéndose como proyecto político y se hayan convertido de verdad en una alternativa de poder.
Es pertinente recordar al olvidado Marx en su DIECIOCHO BRUMARIO DE LUIS BONAPARTE CUANDO DICE:
“LAS REVOLUCIONES SE CRITICAN CONSTANTEMENTE ASÍ MISMAS, SE INTERRUMPEN CONTINUAMENTE EN SU PROPIA MARCHA, VUELVEN SOBRE LO QUE PARECÍA TERMINADO, PARA COMENZARLO DE NUEVO, SE BURLAN CONCIENZUDA Y CRUELMENTE DE LAS INDECISIONES, DE LOS LADOS FLOJOS Y DE LA MEZQUINDAD DE SUS PRIMEROS INTENTOS, PARECE QUE SÓLO DERRIBAN A SU ADVERSARUIO PARA QUE ÉSTE SAQUE DE LA TIERRA NUEVAS FUERZAS Y VUELVA A LEVANTARSE MÁS GIGANTESCO FRENTE A ELLAS, RETROCEDEN CONSTANTEMENTE ATERRADAS ANTE LA VAGA ENORMIDAD DE SUS PROPIOS FINES, HASTA QUE SE CREA UNA SITUACIÓN QUE NO PERMITE VOLVERSE ATRÁS Y LAS CIRCUNSTANCIAS MISMAS GRITAN:
HIC RHODUS, HIC SALTA!
¡AQUÍ ESTÁ LA ROSA, BAILA AQUÍ!”