Uribe comprometido con paramilitares
Manuel Humberto Restrepo Domínguez
El paramilitarismo en Colombia, por su naturaleza, su modo de acción y propósito criminal es responsable de crímenes de lesa humanidad, que de no ser resueltos por la justicia colombiana podrán ser castigados por la justicia internacional. Ese es el centro de las declaraciones de la entrevista presentada aquí a manera de síntesis.
Darío Arismendi, es un reconocido periodista, cercano al Opus Dei, con estudios de doctorado y maestría en periodismo, realizados en España. Durante varias décadas ha hecho parte de los formadores de la opinión política colombiana, no precisamente desde la prensa independiente, Uribe en 2007 ante amenazas que recibió el periodista dijo: No podemos permitir que el terrorismo deteriore la libertad de prensa de nuestro país y anuncio una recompensa de hasta de 1.000 millones de pesos por información. Arismendi desde el programa 6 am de Caracol, que sigue el formato de una mesa de trabajo con periodistas de renombrado prestigio y arrollador raiting, condujo la entrevista del 11 de mayo. El entrevistado especial fue Salvatore Mancuso, hijo de padre italiano y madre caribeña, con estudios de ingeniería civil en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Administración Agropecuaria en la Escuela de Formación Técnica Agrícola y de Ingles en Universidad de Pittsburg en Pensilvania.
Mancuso, fue uno de los más altos jefes del paramilitarismo en Colombia o como él denomina de la Confederación de Autodefensas de Colombia, conformada por múltiples organizaciones con autonomía propia. La entrevista fue calificada por el Uribismo como un complot de la maldad de Arismendi; como una infamia de dos alimañas (Arismendi-Mancuso) con el propósito de desprestigiar a Uribe, según José Obdulio Gaviria (el Goebbels del régimen); como una mentira a la que no se puede dar credibilidad según el exvicepresidente Francisco Santos, (primo del presidente Juan Manuel); como un refrito de mentiras según el presidente de los empresarios ganaderos; como una calumnia según el equipo de abogados de Uribe.
Todos ellos ex amigos de Mancuso, quienes durante el régimen Uribe encontraron en él grandes cualidades de líder y adalid de la democracia. Con anuencia del Estado fue llevado con honores y televisión en directo al recinto del Congreso con un auditorio completo, como no suele ocurrir, desde donde se dirigió al país para arengar, justificar y defender el actuar de los paramilitares, indicando que el 35% de los miembros del Congreso representaban al paramilitarismo y que estaban insertos en todas las ramas del poder público.
En la entrevista de mayo 11, Mancuso habló vía Skipe, desde una cárcel de Virginia USA a donde fue extraditado al amparo de la discrecionalidad del presidente Uribe. Mancuso sencillamente reiteró lo que otros paramilitares de alta y media jerarquía ya han dicho a la fiscalía y a los medios y que mucha gente en las regiones y en los cargos del Estado asiente y corrobora. La gente sabe lo que Mancuso dijo, faltaba oírlo salir de su propia voz de jefe máximo, era un imperativo para ratificar una verdad que al parecer todos/as saben, menos el sistema judicial.
Mancuso dejó en claro que Uribe y su entorno ideológico y político, efectivamente si tienen que ver con el paramilitarismo y mencionó nombres como: Víctor Carranza, que controla desde hace varias décadas la explotación y negocio de las esmeraldas, en una zona que creo más de 60 cooperativas Convivir que fueron el trampolín estratégico para lanzar las autodefensas; el General Mario Montoya; el presidente de la Federación de Ganaderos (Acdegan) Félix Lafourie; el empresario Pedro Juan Moreno (exasesor de Uribe, encargado de la seguridad superestrategica, muerto en la confusa explosión de su helicóptero recién abandonó a Uribe); el excomisionado de paz Luis Carlos Restrepo; Mario Uribe; el DAS como institución convertida en la policía política del régimen; empresas como Postobon y otros personajes políticos, ex fiscales, empresarios y militares.
Mancuso dijo que en el régimen de Uribe iban a tumbar las Cortes de Justicia y a montar una Corte ad-hoc; que se pensó dar un golpe de Estado al presidente Chávez y crear autodefensas en la hermana Venezuela; que empresas como Postobon hacían sus donaciones de manera voluntaria para sostener las tropas paramilitares; que Francisco Santos (exvicepresidente) estuvo directamente ligado con ellos e insistió para crear un bloque paramilitar en Bogotá; que el ex comisionado Luis Carlos Restrepo estaba comprometido con ellos; que Pedro Juan Moreno fue uno de los hombres que asesoró y facilitó la combinación de formas de lucha legales e ilegales.
También insistió en que “Nosotros, (los paramilitares) respaldamos la campaña Uribe presidente” y complementó señalando que ellos ordenaron organizar militarmente a la población civil y dieron dinero para trasladar votantes de la campaña de Uribe. Dijo que fueron traicionados ya que se les ofreció status político pero el Estado no cumplió la palabra empeñada y los extraditó a él y a otros doce altos jefes paramilitares. Dijo que no pueden hablar de temas del gobierno o de hombres como Mario Montoya o Carranza, por temor a retaliaciones, porque cada vez que dan una declaración los presionan retirando la seguridad de sus familiares y amigos, entre los que dice ya han matado a más de 3000 desmovilizados de su entorno.
Mancuso, fue un competente líder útil al régimen que instaló hace varias décadas el terror y la muerte como forma de conservación del poder y la riqueza. Según sus cuentas el participó en el crimen de más de cinco mil personas al frente del Bloque Catatumbo y en la crueldad de masacres como el Aro, el Salado, la Gabarra y Mapiripan, con el propósito de refundar la patria, como se denominó el proyecto para gobernar a Colombia, cuyo costo político, social, cultural, espiritual y material es irreparable. Mancuso dice que ellos pueden haber cometido unos 400.000 crímenes, en situaciones solo comparables a lo mas abominable del periodo Nazi: genocidio de la Unión Patriótica con más de 5000 opositores de izquierda asesinados, cientos de masacres, miles y miles de asesinatos selectivos, cientos de miles de seres humanos descuartizados y tirados a los ríos, llevados a hornos crematorios, desaparecidos y torturados. Colombia es una extensa fosa común creada en nombre de la democracia, del control del poder y la conservación del statu quo y la justicia sigue con un velo que le impide ver.
Finalmente Mancuso señaló lo que ningún otro de los participes directos de este baño de miseria, sangre y dolor ha hecho: Se Declaró responsable político por los crímenes cometidos por los paramilitares, dijo que se declara culpable por todos los hechos y acciones de barbarie en los que estuvieron sus hombres.